La isla de Ibiza se encuentra en un punto de inflexión en esta segunda oleada de coronavirus, pero aún debe mejorar bastante sus datos para dar por controlada la expansión del virus. Es la principal conclusión que se desprende de la comparecencia pública del doctor Javier Arranz, presidente del comité de enfermedades infecciosas de Baleares, y de Marga Frontera, asesora para el desconfinamiento.
Ambos coincidieron en que el toque de queda de 22.00 a 06.00 horas, así como el resto de medidas restrictivas (reuniones de seis personas, no consumir en barra ni en interior de los locales y limitación de aforos), están funcionando y están surtiendo efecto de manera lenta. En este sentido, la mayor de las Pitiusas ha conseguido bajar la tasa a 14 días de 300 casos por 100.000 habitantes a los 291 casos por cada 100.000 habitantes de este pasado miércoles. «Estamos viendo una evolución positiva en Ibiza, que necesita ser reforzada. Somos optimistas; estamos viendo una mejora significativa de los datos, pero se tienen que consolidar para evitar que haya rebrotes», señaló Frontera.
Para conseguir la estabilización y consolidación de datos, Govern prorroga dos semanas el toque de queda de 22.00 a 06.00 horas, así como el resto de restricciones. En este sentido, las reuniones en el ámbito público y privado deberán seguir siendo de seis personas, igual que las bodas y otras celebraciones sociales (los entierros pueden reunir a 15 personas). En hostelería, el interior de los bares, restaurantes y cafeterías tiene que seguir cerrado, así como se prohíbe el consumo en barra, y las mesas deben guardar una distancia de 1,5 metros entre sí y sólo podrán tener seis personas por mesa. Mediante una resolución de la Conselleria de Salud se permitirá a los ayuntamientos ocupar la vía pública por parte de los establecimientos de restauración para colocar terrazas.
Limitación contactos sociales
La tasa de incidencia a siete días demuestra, según Arranz, que los contagios van bajando en Ibiza, aunque de forma lenta, por lo que insiste en que se limiten las reuniones sociales y siempre con las mismas personas y se respeten las medidas de prevención de contagios. «Hemos pasado el 4 de noviembre de 169 casos por cada 100.000 habitantes a los 121; la curva va bajando de forma lenta, no brusca», explicó Arranz, quien evitó mensajes triunfalistas y apelar a la prudencia y pidió que se sigan respetando las medidas de prevención ya que Ibiza sigue estando en cifras elevadas de transmisión y contagios, muy lejos de las cifras establecidas por el centro europeo de prevención y control de enfermedades como para dar por controlada la transmisión: 60 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días y una tasa de positividad del 3%.
Marga Frontera, asesora para el desconfinamiento, y el doctor Javier Arranz, ayer, en rueda de prensa.
Sobre si el ritmo de estabilización y bajada en Ibiza es el esperado (cabe recordar que la ciudad de Ibiza lleva dos meses con restricciones primero en el barrio del Eixample, luego la ciudad y luego la isla), el doctor Arranz afirmó que «está dentro de lo esperado» ya que desde que se conoce la existencia de este virus se ha demostrado que crece rápidamente en contagios, pero luego conseguir bajar la incidencia es algo lento: «Nunca este virus ha presentado una bajada rápida», precisó Arranz, quien afirmó ser consciente de la delicada situación de los empresarios de hostelería e insistió en que estas medidas son las correctas para evitar un «confinamiento total» que implicaría que se parase completamente la economía.
Vuelos nacionales
Arranz afirmó, además, que se siguen «dando pasos» para que el Gobierno estatal extienda la medida de pedir una PCR negativa en origen a todos los turistas que lleguen a las Islas y no sólo a los internacionales, como se anunció el jueves. «Veremos si es factible, no depende de nosotros», aseguró.
Sin embargo también avanzó que Salud trabaja en otras posibilidades, «se han hecho propuestas tecnológicas para añadir sistemas de control, que podrían ser a través de códigos QR, para hacer el seguimiento de las personas que lleguen», explicó, preguntado por el retorno de estudiantes procedente de la Península que se espera por Navidad. Aún así, «insistimos en hacer entender lo importante que es para unas islas hacer otras pruebas a quienes no son internacionales».
Arranz reconoció que hace meses que se está pidiendo al Gobierno el control de todos los pasajeros.
La situación de la residencia Reina Sofía sigue preocupando
La residencia Reina Sofía, que fue intervenida por la Conselleria de Salud después de un gran brote, sigue preocupando. Actualmente tiene 26 usuarios positivos de los que 10 están ingresados y cuenta con 13 trabajadores positivos. Cabe destacar que de los seis fallecidos de residencias en esta segunda oleada de coronavirus en Ibiza, cuatro eran residentes de este centro de mayores de Ibiza. El resto de residencias de Ibiza (Cas Serres, Can Blai y Sa Serra) presentan una «situación estable» con trabajadores contagiados, lo que significa que el virus no ha llegado, por el momento, a los usuarios. Salud está haciendo cribados semanales en todas las residencias de Ibiza para detectar nuevos positivos y evaluar la expansión del virus.
«Desde el principio nos preocupan las residencias. Estamos controlando la entrada del virus, que se produce por dos días, por los familiares y trabajadores. Se han restringido las visitas de familiares y se están haciendo cribados. Las residencias son las más afectadas porque son personas vulnerables y porque las personas están en el mismo sitiio juntas», precisó Arranz. Sobre si han fallado los protocolos y seguridad en los centros de mayores de Ibiza, Arranz precisó que «cada residencia tiene su situación; segueramente en algún momento se podrían haber hecho mejor los controles» y recordó que en los centros intervenidos, como la residencia Reina Sofía, «había algo que no se estaba haciendo de manera adecuada».