Un total de 13.471 pacientes esperaban una operación al cierre del pasado mes de mayo en Balears. Se trata de un 6 % más que las 12.698 que lo hacían en pleno confinamiento por la pandemia.
Hay más personas pendientes de una intervención pero ahora esperarán ocho día menos de media. En la sanidad pública, cada enfermo soporta una demora de unos 131 días, más de cuatro meses; cuando en el mayo pasado eran 139.
Sin embargo el 25 % de estos 13.471 pacientes se le supone una espera media de más de seis meses, que es el periodo máximo comprensible para un sistema público. Cabe recordar que en Balears existe el Decreto de Garantía de Demora para que pacientes en estas circunstancias tengan derecho a acelerar la operación. Sin embargo, precisamente a causa de la pandemia por COVID-19, este sistema garantista se ha quedado paralizado sine die.
Primera consulta
Sube también, y de forma considerable, el número de pacientes que espera una primera consulta con el especialista. Si hace un año eran 35.239, ahora ya son 48.294, lo que supone un incremento del 36,8 %.
La paralización del sistema sanitario para atender a la amenaza de la COVID hizo que, durante el confinamiento, apenas creciera el número de personas que necesitaran ver a un especialista o que se derivaran a una intervención, puesto que no se iba al médico.
En aquella época, como se entiende, lo que crecía eran los tiempos de espera por el parón asistencial de todas aquellas patologías que no fueran graves o emergencias.
En esta ocasión se ve cómo han incrementado el número de pacientes, síntoma de que se ha recuperado la actividad, y cómo baja el tiempo para la asistencia.
Por ejemplo, hace un año del total de personas que esperaban una consulta, 23.719 (un 67 %) lo hicieron por encima de los dos meses de rigor. Mientras que ahora, pese que hay más gente en la lista, el porcentaje de largas esperas baja a un 20 %.
La demora media para ver a un médico especialista pasa de 78,75 días a 41, casi a la mitad.
Desde el IB-Salut explican que se están intensificando las derivaciones de pacientes hacia los hospitales de la red pública (Sant Joan de Déu y Cruz Roja). Y además, en el caso de Can Misses (que fue el último hospital en recuperarse en la última oleada), se están trasladando a profesionales de estos centros para que puedan absorber las listas de espera quirúrgicas y de consultas.
Llama especialmente la atención el caso específico de las resonancias. Los jefes de servicio de radiología de los hospitales de Baleares están tratando de dar salida a aquellas resonancias más prioritarias, aunque las autoridades sanitarias recuerdan que, en el caso de las urgentes, se hacen todas sin excepción.
El IB-Salut trabaja ahora en un acuerdo con las clínicas privadas para poder derivar resonancias próximamente pues la media de espera media es de casi dos meses y hay 2.547 personas que ya superan este plazo, con las consecuencias que puede conllevar.