Un total de 30 efectivos de la Comandancia General de Baleares se han incorporado este martes a las labores de rastreo de la Central de Coordinación COVID-19 de las Islas, que cuenta ahora con un total de 155 rastreadores, 125 de los cuales son trabajadores del Servicio de Salud.
Según ha explicado el Govern este martes en nota de prensa, los nuevos efectivos se distribuirán en tres turnos diferentes. Desde la Conselleria de Salud han agradecido la colaboración del Ejército, "puesto que contribuye a acelerar las tareas de búsqueda y rastreo de posibles casos para incrementar la prevención y evitar que los contagios aumenten".
Actualmente, las Islas tienen una incidencia acumulada a 14 días de 248,3 casos por cada 100.000 habitantes, dato inferior a los 428 casos que se registraron durante la quinta ola del pasado mes de agosto.
"La CC-COVID-19 ha sido capital para luchar contra la pandemia y para frenar la incidencia de la enfermedad en cada una de las olas, así como para hacer el seguimiento de los casos y garantizar el aislamiento de los contactos estrechos", han añadido desde el Govern.
Los efectivos del Ejército llegaron por primera vez el 11 de septiembre de 2020 y trabajaron durante 14 meses -en la llamada operación 'Misión Baluarte'- en la Central COVID-19, rastreando casos positivos y apoyando al equipo de rastreadores del Servicio de Salud.
El apoyo militar ha variado según la incidencia y el aumento de casos. Durante los meses de diciembre de 2020 y enero, febrero, julio y agosto de 2021 se activaron militares adicionales, hasta llegar a un máximo de 130 efectivos participando en la misión.
En esos momentos de incidencia alta llegaron a trabajar 421 rastreadores en la CC-COVID-19: 130 militares y 291 trabajadores del Servicio de Salud.