A las 20.40 horas del pasado 18 de febrero, un hombre de 38 años y origen brasileño llegó a Mallorca en un vuelo procedente de Madrid. El Grupo Operativo de Estupefacientes de la Policía Nacional, destinado en el puesto fronterizo del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, informó previamente a sus compañeros de que el individuo tenía previsto viajar a la Isla transportando dentro de su cuerpo una cantidad indeterminada de sustancias estupefacientes. Los policías montaron un dispositivo de vigilancia en el aeropuerto de Son Sant Joan para interceptar al pasajero al tener sospechas de que se podía tratar de un ‘mulero' que iba a introducir la droga en Mallorca para venderla.
Los agentes le dieron el alto cuando salía por la puerta 7B. Los policías se identificaron exhibiendo sus respectivas placas y observaron que el sospechoso se encontraba muy nervioso. Les dio datos inexactos sobre su viaje y su estancia en Mallorca, lo que puso en alerta a los funcionarios.
La Policía Nacional trasladó al hombre a las Dependencias Aeroportuarias de Aduanas de la Guardia Civil, donde fue cacheado. Llevaba 480 euros en billetes. Los agentes también le registraron su equipaje de mano, pero no encontraron droga.
El pasajero fue conducido hasta el hospital Son Espases para realizarle una exploración radiológica. Un médico detectó la existencia de «cuerpos extraños» en el interior de su organismo, concretamente en el abdomen y en el recto, lo que apuntaba a que llevaba sustancias estupefacientes en su interior. El individuo quedó ingresado en la habitación 304 del módulo de detenidos del hospital bajo control médico a la espera de que expulsara la droga. La mañana del sábado empezó a evacuar envoltorios en forma de dátil y no paró hasta ayer. En total se contabilizaron 103 bolas con cocaína que arrojaban un peso de más de un kilo, cuyo valor en el mercado ilícito ascendería a 38.600 euros.
El investigado fue trasladado ayer por la tarde hasta los juzgados de Vía Alemania, en Palma, donde prestó declaración ante la titular del Juzgado de Instrucción número 3, en funciones de guardia. El hombre, en los calabozos, seguía expulsando droga, según fuentes judiciales.