Baleares ha logrado poner coto a los yates pirata y ya puede demostrarlo con cifras. La oferta de chárter náutico ilegal, que hace unos años ya miraba de tú a tú a la reglada en términos de volumen, ha caído en picado gracias a un incremento de los controles y de un cambio en la normativa que desde 2018 obliga a todos los portales online a ofertar únicamente las embarcaciones de recreo que aparecen en el censo del Govern y con todas las autorizaciones en regla. Eso ha provocado que de las 2.700 embarcaciones censadas que había en 2018, ahora se haya pasado a un total de 3.730.
El aumento de la vigilancia ha sido clave para que gran parte de las empresas que operaban sin permiso se hayan pasado al lado legal. De hecho, el año pasado se abrieron un total de 64 expedientes sancionadores, el triple que en 2019. Este año ya se han abierto un total de 15 expedientes, 12 de ellos por infracciones graves.
Así lo puso ayer de manifiesto la Dirección General de Transporte Marítimo y Aéreo del Govern, que se reunió con las empresas del sector y las entidades y organismos públicos que colaborarán en el operativo de control y vigilancia de este año, incluidas Guardia Civil, Ports IB, Autoridad Portuaria, Capitanías Marítimas, Demarcación de Costas o Conselleria de Medio Ambiente.
El conseller de Movilidad y Vivienda, Josep Marí, subrayó que el perfeccionamiento de los sistemas de control y de coordinación ha conseguido atajar un problema que un año antes de la pandemia estaba alcanzando unas cotas preocupantes. «Balears es un lugar muy goloso para las actividades regladas afortunadamente, pero también para aquellas que no lo están», señaló. Javier Jiménez, presidente de la Comisión de Chárter Náutico de APEAM, destaca esta mejora de los mecanismos de control. «Porcentualmente ha bajado mucho la oferta ilegal, que por ejemplo, en Ibiza hace unos años, era del triple que la reglada», afirmó.