Las imprudencias se repiten. Tras el último episodio, un joven de 19 años que ha quedado parapléjico después de saltar de cabeza a una piscina de medio metro de agua, las fuentes policiales consultadas este martes por Ultima Hora mostraron su preocupación por lo que se avecina en las próximas semanas: «Estamos preocupados; puede ser un verano de imprudencias continuas».
La Guardia Civil ya ha abierto una investigación para esclarecer las causas de este último accidente, de nuevo en Magaluf. El joven, que pasaba unos días de vacaciones en Mallorca, permanece en la Unidad de Ciudados Intensivos (UCI) de Son Espases. La víctima estuvo de copas y sobre la una y veinte minutos se subió al respaldo del sillón y se tiró al agua. El impacto fue tremendo y quedó flotando en la piscina, sin poder moverse. Cuando lo sacaron comprobaron que, en apariencia, presentaba una grave lesión medular, que luego fue confirmada por los médicos del 061. Un vigilante intentó evitar el salto.
Días atrás un turista falleció en Magaluf al caer desde un séptimo piso de su hotel, cuando sacó el cuerpo por el balcón y mantuvo una actitud muy extraña, relacionada al parecer con el consumo de drogas. La caída del turista británico fue grabada por una persona que contemplaba la escena desde la calle. En el vídeo se podía ver al hombre, de 34 años, deambular de forma extraña por el balcón de su habitación un lado a otro. En un momento, intenta descolgarse al piso inferior y es cuando le fallan las manos y se precipita al vacío. Las personas que lo miraban ya le habían alertado previamente. Tras la caída, los testigos gritan impactados por el desenlace de la imprudencia.
Ese mismo día, el 12 de mayo, otro veraneante perdió la vida tras una imprudencia. Lo que prometía ser un bonito día en familia terminó convirtiéndose en una tragedia. El fallecido era un turista holandés, de 31 años, que decidió saltar por un acantilado en las Islas Malgrats desde una altura considerable. La mujer, que estaba con los dos hijo de ambos en una embarcación, grabó cómo su compañero sentimental se golpeaba contra las rocas antes de sumergirse en el agua.