«Nuestros hijos tendrán una esperanza de vida inferior a la nuestra por la mala alimentación». Así de contundente se ha expresado el especialista en Salud Pública y Medicina Preventiva, Joan Carles March. En este sentido, ha precisado que el problema serán las enfermedades crónicas que se deriven por llevar una alimentación poco saludable. «Los efectos de una mala alimentación en la infancia y otros hábitos de vida perjudiciales empiezan a evidenciarse a los 20 años, edad a la que se han comenzado a detectar problemas de salud propios de personas mayores, entre los que se incluyen el cáncer, la diabetes tipo 2, así como enfermedades cardiovasculares y respiratorias. El 22% de los niños españoles tiene niveles altos de colesterol. Y el 32% presenta hipertensión», ha manifestado.
March ha advertido que «los sistemas sanitarios pueden afrontar las enfermedades actuales en adultos (hipertensión, hiperglucemia, cáncer...), pero cuando esas patologías se instauren en la infancia y la adolescencia, no habrá sistema sanitario que pueda controlarlas. Si tienes colesterol alto a los 50 o los 60 años puedes tener cierta calidad de vida, pero si lo padeces a los 17 años nadie te puede garantizar esperanza de vida durante tanto tiempo, porque los fármacos no han sido diseñados para eso. Habrá más riesgo de mortalidad prevenible».
La pediatra endocrinóloga del hospital de Son Llàtzer, Rocío Bermejo, asegura que una mala alimentación infantil puede dar lugar a determinados problemas de salud, tales como hipercolesterolemia e hipertrigliceridemia. «En la edad adulta influye en poder tener un infarto o un ictus», avisa. Mención especial merecen los niños con problemas de obesidad, ya que son susceptibles de padecer enfermedades como la diabetes mellitus tipo II, tensión alta, hígado graso, apneas del sueño, somnolencia, hipo ventilación, asma, aceleración de la pubertad, síndrome del ovario poliquístico, delantal abdominal, sobreinfección en zona de pliegues por hongos o aparición de forúnculos, etc. Además, hace especial hincapié en los problemas de depresión, aislamiento y acoso escolar. Cabe destacar que el 40 % de los niños de las Islas pesan más de lo que deberían y los expertos señalan que este problema se ha incrementado con la pandemia de la COVID-19.
«Hay una pandemia de obesidad en España»
Por su parte, el especialista en Salud Pública considera que «hay una pandemia de obesidad en España». «El lobby alimentario está detrás de buena parte de las medidas legislativas y políticas contraproducentes que se están tomando en España en nutrición», denuncia. La pediatra endocrinóloga sostiene que «somos lo que comemos». En este sentido, pone de manifiesto que la alimentación es vital desde la etapa fetal. «La alimentación es fundamental en las madres gestantes: el incremento de peso y calidad de los alimentos que toman, ya que todo eso influye en el feto» y, posteriormente, en el niño. Subraya la importancia de la lactancia materna y, como no podía ser de otro modo, de los alimentos que ingiere la madre.
Bermejo sostiene que uno de los problemas que existen actualmente es que «hay muchas falsas creencias relacionadas con la alimentación». Por citar un ejemplo, resalta que los productos integrales y bios se ven como más saludables y asegura que no siempre es así. Otro problema que ha detectado es que hay familias en las que se consumen pocas verduras. «Hay que cambiar los hábitos de toda la familia y eso es lo que nos cuesta». En relación a este asunto, sostiene que sería muy importante introducir más actividad física, no desayunar galletas o cereales aunque sean integrales, tampoco se deben ingerir los snacks de maíz y subraya que se debe prescindir de ingesta habitual de los zumos industriales, los refrescos, la mantequilla y en general de los alimentos procesados.
«La calidad de la mayoría de los productos alimentarios es mala»
March recrimina que «la calidad de la mayoría de los productos alimentarios es mala. Nuestra dieta se está norteamericanizando y cada vez comemos más ultraprocesados; el 30% de las kilocalorías que ingerimos provienen de ellos. En España tomamos más kilocalorías a partir del alcohol que de las legumbres; no es verdad que comamos bien». Además, añade que «la mayor parte de la publicidad en televisón, YouTube, TikTok, Instagram, e incluso, publicidad encubierta en series es de productos malsanos, con una inversión en publicidad enorme. Son comida basura. Tienen mala calidad nutricional».
Otro dato preocupante es que el 95 % de los españoles toman más del doble de la sal y del azúcar que deberían. Lo mismo ocurre con las grasas malsanas, los potenciadores de sabor y los edulcorantes acalóricos. «Cuando disminuimos el consumo de estos productos empiezan a saber bien los alimentos neutros. Cuando tomas muy a menudo ultraprocesados generas más adipocitos, que son células grasas. Una persona que come muy mal y que es muy sedentaria puede crear adipocitos y, además, estos crecen. La propia célula adiposa envía mensajes a tu cerebro para comer más. Cuanta más grasa tienes, más hambre tienes», explica March.
Más de dos horas diarias frente a una pantalla
También alarma a los expertos que en España, el 42 % de los menores de entre 4 y 14 años pasa más de dos horas diarias frente a una pantalla, según los datos de 2021 de Save the Children, que ponen de manifiesto como la situación ha empeorado de manera muy importante; ya que en 2017 era el 25 %. «En solo cuatro años el número se ha disparado un 68 % y, según la entidad, la pandemia ha tenido que ver en ello: el cierre de colegios y actividades educativas desplazó el ocio a las pantallas y la pérdida económica de los hogares, también. En el estudio se cifra el índice de obesidad y sobrepeso entre los niños y adolescentes de 4 a 16 años (28,1 %), preocupante según la entidad, y se analizan los determinantes para sufrirlos. Crecer en un hogar de bajos ingresos duplica las probabilidades de tener exceso de peso», resume March.