La inflación galopante, que no tiene visos de remitir, así como el encarecimiento de las materias primas, productos de alimentación y los costes energéticos van a provocar que la economía de Balears entre a partir de octubre en una desaceleración en todos sus indicadores económicos y laborales, que afectará negativamente al poder adquisitivo de los ciudadanos de las Islas. La situación es calificada por la Fundación Impulsa, Cercle d'Economia de Mallorca y la UIB de «muy preocupante» porque provocará una pérdida de dinamismo empresarial y de todos los indicadores laborales que hasta la fecha han tenido una evolución muy positiva por el efecto directo de la reactivación turística.
El director técnico de la Fundación Impulsa de Balears, el economista Antoni Riera, afirma: «A partir de octubre se acentuará el proceso de desaceleración en el tejido productivo y laboral balear. La pérdida de dinamismo va a ser la tónica general en los meses de otoño e invierno, de ahí que nos vamos a un escenario de menor crecimiento económico derivado todo ello por la hiperinflación en la que nos encontramos». Riera afirma que hasta la fecha el PIB y los indicadores laborales han ido en positivo «porque vivimos y nos beneficiamos de un esfuerzo de normalización tras la pérdida de dinamismo causada por la pandemia». Añade que el actual ciclo económico se desploma de forma progresiva y que la temporada de invierno 2022-2023 «se avecina llena de amenazas y tensiones, por lo que urgen a adoptar políticas regionales para minimizarlas». La pérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos de las Islas por la inflación y los costes energéticos es, según el director de la Fundación Impulsa, «una gran preocupación, de ahí que se tienen que arbitrar toda una serie de pactos en materia de reparto de rentas y beneficios empresariales ante una coyuntura sobreinflacionista».
El profesor de Economía Financiera de la UIB, Pau A. Monserrat, añade como factor clave el final de la moratoria concursal, que abre un escenario muy incierto para cientos de empresas insolventes que no superaron el embate de la crisis sanitaria y que hasta ahora estaban resistiendo la inflación con respiración asistida. Hasta el pasado julio las empresas no estaban obligadas a presentar concursos de acreedores. El plazo de gracia para ello finaliza en septiembre. «Es ahora cuando empezaremos a ver muchas empresas que en realidad no pudieron sobrevivir a la COVID», señala Monserrat al referirse a las llamadas empresas zombie. La previsión de la Patronal de la Pequeña y Mediana Empresa de Mallorca (PIMEM) es que a partir de otoño se empiece a ver «un goteo constante» de concursos de acreedores, lo cual agravará los daños al ya precario tejido empresarial. En segundo lugar, Monserrat va más allá del invierno al señalar el impacto que la inflación tendrá en los principales mercados turísticos, el alemán y el británico, lo que anticipa una temporada «peor que la actual» para 2023. «El récord que hemos vivido este año por el ahorro acumulado y las ganas de viajar de la gente tras la pandemia ya habrá desaparecido, por lo que el golpe será fuerte». Asimismo, el hecho de que muchas empresas no hayan podido repercutir la inflación en sus precios socavarán la rentabilidad de la temporada y depararán un invierno «mucho más duro de lo que debería haber sido por las cifras de récord turístico». Por último, el hecho de que los salarios no se hayan indexado a la inflación «hace que la gente haya perdido mucho poder adquisitivo», y ello se verá especialmente reflejado tras el verano.
Bartomeu Cantallops, economista miembro de la junta directiva del Cercle d'Economia de Mallorca, explica que el último informe de la entidad ya revelaba que los indicadores alertan de que la economía de las Islas entró en julio en fase de desaceleración. De este modo, aunque el crecimiento sigue siendo intenso se espera que esa intensidad vaya decreciendo. «La inflación está haciendo mucho daño: la capacidad adquisitiva de las familias ha bajado y las autoridades monetarias ya han subido los tipos de interés», señala para añadir que el contexto internacional aporta motivos para la preocupación, especialmente en el caso de economías tan importantes para Balears como las de Alemania y Reino Unido, muy afectadas por la crisis energética. Todo ello hace pensar «en un futuro escenario de inflación con estancamiento, es decir, estanflación» que afectará intensamente a la economía, segúnCantallops.