40 días sin sueldo por ir al baño. Ese es el castigo que el el Ayuntamiento socialista de Palma que preside el alcalde José Hila ha decidido implementar sobre una barrendera de la empresa municipal de limpieza de la ciudad (Emaya) por ir al baño dentro de su horario laboral, y no enviar un mensaje de WhatsApp a su jefe de sector de la zona centro, según informa Ok Diario.
Este castigo que ha provocado una profunda depresión en la afectada por su delicada situación económica, ya que se trata de una madre soltera con dos hijos a su cargo, uno de ellos menor de edad, y con una hipoteca cuyo pagos ahora corren peligro a causa de la sanción impuesta por la compañía presidida por el concejal de Medio Ambiente, Ramon Perpinyà.
El castigo surge como consecuencia de que sobre las 9 de la mañana de un día del mes de septiembre la mujer se encontraba trabajando en la zona del mercado municipal de Palma del Olivar y dejó el carro detrás de los camiones en el muelle de descarga, para ir al baño urgentemente.
Durante los diez minutos que estuvo en el servicio recibió la llamada de su jefe de sector, cuando le informó de que estaba en el baño, éste le recriminó que no le hubiese dicho nada, explicando que él sigue «órdenes de presidencia» que le obligaban a informar a la compañía este tipo de irregularidades.
La empleada apeló que ella no tenía conocimiento de que debía avisar por WhatsApp a su superior de este tipo de circunstancias, pero igualmente fue expedientada por Emaya y «tras desestimar sus alegaciones, fue sancionada con 40 días de empleo y sueldo por la denuncia del jefe de sector». Desde Ok Diario aseguran que la sanción le fue comunicada el pasado viernes a la empleada que, desde entonces, «está inmersa en una profunda depresión, por lo que ha necesitado de asistencia psicológica» ya que no entiende lo sucedido.