La Policía Local de Palma liberó el pasado 3 de enero a un perro mestizo de color negro de diez años de edad que llevaba toda su vida atado a una cadena en una finca situada en la zona de Son Anglada. El perro había estado encadenado desde que era un cachorro y solo podía moverse los metros que le permitía la correa.
Según han explicado este viernes desde la Policía a Europa Press, los agentes actuaron porque detectaron que el animal no estaba en las condiciones idóneas ya que, además, tenía un habitáculo muy reducido para su tamaño, con lo cual pasaba la mayor parte del tiempo a la intemperie.
La Policía ha recordado que el reglamento establece que los perros deben estar sueltos para poder hacer ejercicio diario. Al no cumplir esta normativa, los agentes han explicado que el dueño renunció a él y lo cedió voluntariamente al Centro Sanitario Municipal de Son Reus, donde permanece a la espera de una adopción en la jaula 51.