Sobresalto mayúsculo el que se llevaron unos bañistas que estaban en la playa, muy cerca de la plaza Cervantes de Can Picafort, y se encontraron entre las rocas una granada bastante vieja y deteriorada. Al ver el artefacto, los turistas llamaron al teléfono de emergencias del 112 y se activó el protocolo de actuación establecido en estos casos. Los primeros en llegar fueron los agentes de la Policía Local de Santa Margalida quienes acordonaron la zona y marcaron un perímetro de seguridad para evitar poner en riesgo la vida de las personas.
Acto seguido, llegaron las primeras patrullas de la Guardia Civil y los TEDAX (Técnicos Especialistas en Desactivación de Artefactos Explosivos) de la Benemérita quienes se hicieron cargo de la situación. Tras localizar y examinar el artefacto comprobaron que se trataba de una granada muy antigua y que, a priori, parecía que no tenía carga. Los profesionales cogieron el artefacto y se lo llevaron a una finca rústica ubicada a las afueras del municipio de Santa Margalida.
Una vez en la finca, enterraron la granada y con una pequeña carga y detonación controlada consiguieron explotar la granada. Finalmente, se confirmaron las sospechas iniciales y se pudo comprobar que el proyectil no tenía carga. Desde la Guardia Civil y Policía Nacional se recomienda encarecidamente que cualquier persona que localice un artefacto debe llamar de forma inmediata a los equipos de emergencia y jamás tocarlo o manipularlo.