Una joven ha acusado este miércoles, en la Audiencia Provincial de Baleares, a su padre de haber abusado sexualmente de ella durante años en Palma, hasta que siendo mayor de edad presentó una denuncia. «Denuncié por mis hermanos, no por mí», ha expresado al Tribunal.
La Sección Segunda ha celebrado por la mañana el juicio, por hechos que habrían ocurrido desde que la niña tenía siete años hasta que se fue de casa a los 15.
El fiscal reclama para el acusado seis años de prisión y orden de alejamiento de 11 años, así como prohibición de trabajo con menores. El hombre ha negado los hechos que relata su hija y atribuye la denuncia a una venganza o un móvil económico.
Según la víctima, el primero de estos episodios tuvo lugar cuando tenía siete años. «Yo estaba en shock, y le decía que me quería ir al baño, y él me decía 'espérate'. No sé cuánto rato duró, para mí fue largo. Después me limpió y me dijo: 'Papá nunca te va a volver a hacer eso, papá te quiere mucho'», ha recordado la denunciante.
La joven ha declarado, asimismo, que su padre le practicaba tocamientos por debajo de una manta mientras la familia veía la televisión, que le daba palmadas en el trasero o los pechos a modo de «broma» y que la manoseaba con el pretexto de hacerle cosquillas. «A día de hoy no soporto que nadie me haga cosquillas porque me lo recuerda», ha expresado.
La denunciante también ha sostenido que su padre le hacía gestos como invitándola a practicarle una felación o que, siendo ya adolescente, le decía frases inapropiadas como: «Pareces una prostituta, qué polvo te echaba si no fueras mi hija». «Para él eran bromas, pero a mí no me gustaba», ha manifestado la joven, que no se sentía «protegida» en casa.
EN LA CALLE SIENDO MENOR
De hecho, desde los 15 años la denunciante estuvo viviendo de forma alterna con sus padres, en la calle --ha indicado que pernoctó en parques y playas--, albergues o casas de amigas. La joven ha dicho que fue porque sus padres la echaban del domicilio pero éstos sostienen que se marchaba por voluntad propia. La denunciante ha asegurado que su madre denunció en falso una desaparición voluntaria para evitarse problemas.
Según su versión, fue a raíz de esos conflictos que su madrina y su tía abuela la citaron en un bar para pedirle explicaciones y ella reveló los abusos. Para entonces ya era mayor de edad. Hablaron con otro familiar que era guardia civil y que les recomendó denunciar. «Yo les explicaba que no quería denunciar porque el trauma que tengo no se me va a ir con una denuncia. Pero sí que pensaba en si podía ayudar a mis hermanos a no vivir lo que yo pasé», ha contado la víctima.
Después de eso comenzó a ver a una psicóloga, aunque a sus padres creían que era por ansiedad. A los especialistas que la trataron, la joven también les contó los abusos, meses antes de la denuncia. Ésta se formalizó en mayo de 2021 cuando la joven lo confesó a su abuela --«No sé cómo salió, pero lo tenía que soltar», ha enfatizado-- y así se enteró su madre. «Tenía la esperanza de que me iba a escuchar, pero me dijo que si no ponía una denuncia no me iba a creer», ha señalado la joven.
Según la víctima, sus padres organizaron «un careo» entre ellos en el domicilio, junto a otra familiar, para hablar de lo que había revelado, lo que la puso en una situación muy dura afrontando directamente a su agresor. Los padres, que grabaron la conversación a escondidas, consideran que se puso «histérica». «No me podía creer que me trataran de mentirosa y loca cuando estaba teniendo un ataque de pánico, no me dejaban irme de la casa y me cogieron», ha dicho ella.
EL ACUSADO APUNTA A UN MÓVIL ECONÓMICO
El acusado, por su parte, ha negado por completo la versión de su hija: «No es cierto». El padre ha atribuido la denuncia a un ánimo de venganza por una «bronca» entre madre e hija, apuntando también a un posible móvil económico. «Con el tiempo he llegado a la conclusión de que lo que quiere es dinero», ha dicho el procesado.
Mientras que la joven ha declarado que la relación con su padre fue «tormentosa» y que la vejaba con insultos como «cucaracha» y «fracasada», éste ha asegurado que su relación siempre fue «buenísima» hasta el momento de la denuncia. «No recuerdo nunca haberle alzado la mano, no recuerdo haber discutido con ella, siempre lo hablábamos todo», ha sostenido.
«Un día estaba trabajando y me llamó mi mujer, me dijo que teníamos que hablar. Nos vimos en un parque y me dijo que había estado nuestra hija en casa y que le había contado que la violé cuando era pequeña, nos quedamos a cuadros. Intentamos quedar con ella para hablarlo entre nosotros», ha señalado el acusado. El hombre ha mantenido que en un primer momento creyó que era un episodio más de los conflictos habituales y que tarde o temprano «las cosas se calmarían y volverían a su cauce».
La madre, por su parte, ha asegurado que nunca vio ningún comportamiento inadecuado y ha reconocido que no cree a su hija, sino que considera que todo es un plan para conseguir dinero, incluidas las revelaciones previas a psicólogos y familiares. La mujer ha admitido también que decidieron grabar la conversación con su hija porque «quería pillarla en un descuido».