Los propietarios de algunos de los 27 perros que aparecieron muertos en el interior de un barco tras un viaje de adiestramiento desde Lituania han manifestado su dolor y exigido responsabilidades. A través de un comunicado, los afectados señalan directamente a la empresa de transporte autorizada para el traslado internacional de animales, recordando que esta se presentaba ofreciendo «máxima seguridad y control» durante el trayecto.
Según informó Última Hora, la normativa vigente establece que los perros de caza deben viajar en bodega o en remolques adaptados. Algunos dueños ya habían utilizado los servicios de esta misma empresa para el viaje de ida a Lituania, mientras otros habían optado por usar su propio vehículo con remolque. La diferencia entre ambos sistemas radica en el acceso a los animales durante el viaje:«cuando el vehículo pertenece al propietario, este puede bajar a ver a sus perros en cualquier momento; sin embargo, si el transporte lo realiza una empresa, sólo el trabajador responsable puede acceder a los animales a lo largo del trayecto», explican los afectados.
En este caso particular, los propietarios utilizaron su propio vehículo para la ida, pero sufrieron una avería en Francia durante el regreso, lo que les obligó a contactar con la empresa de transporte para trasladar a los canes junto con otros hasta Barcelona, donde embarcarían hacia Mallorca. Los propietarios aseguran que cuando dejaron a sus mascotas, estas se encontraban en perfecto estado de salud.
Imposibilidad de supervisión directa
«Desgraciadamente, ninguna empresa de alquiler permitió contratar un coche que pudiera embarcar hacia Mallorca con un remolque para más de diez perros. De haber sido posible, los animales habrían viajado bajo nuestra supervisión y hoy seguirían con nosotros», lamentan en su comunicado.
Algunos cazadores regresaron en avión mientras otros lo hicieron en el mismo barco que sus mascotas, pero al no pertenecer a la empresa transportista, no pudieron acceder a la bodega hasta la llegada a Palma, donde descubrieron la tragedia. Los propietarios denuncian que fueron ellos mismos quienes tuvieron que abrir el vehículo para sacar a los animales, «ya que el empleado de la empresa no intervino ni prestó ayuda alguna». Además, tuvieron que encargarse de alertar a la Guardia Civil.
Críticas a comentarios ofensivos
Los dueños de los perros fallecidos han expresado su malestar por los comentarios vertidos tras la publicación de la noticia, muchos de los cuales consideran que «han incitado el odio hacia los propietarios». Califican estas opiniones como «crueles o destructivas» y solicitan respeto mientras se desarrolla la investigación oficial sobre lo ocurrido cuando los animales estaban bajo supervisión de la empresa transportista.
«Si nuestros perros hubieran viajado bajo nuestro cuidado, nada de esto habría sucedido. Pedimos respeto y comprensión para afrontar el dolor inmenso que sentimos ante la pérdida de nuestras queridas mascotas. Nada podrá devolvernos a nuestros perros ni aliviar este sufrimiento, pero sí creemos que debe exigirse responsabilidad a la empresa y al trabajador a cargo», manifiestan en su comunicado.
"Una tragedia animal»
Los propietarios insisten en que, más allá de cualquier prejuicio hacia el colectivo de cazadores, lo ocurrido constituye una «tragedia animal» en la que «decenas de perros, seres inocentes y queridos, perdieron la vida bajo circunstancias que nunca debieron producirse. Todos nosotros -dueños y familias- los amábamos profundamente y los seguiremos amando cada día», expresan con dolor.
«Sólo nos queda el vacío inmenso que deja la pérdida de quienes fueron parte de nuestras vidas y familias. Ninguna explicación ni sanción podrá reparar lo sucedido, pero sí puede evitar que vuelva a repetirse. Confiamos en que la investigación llegue hasta el final y se depuren responsabilidades», concluye la carta abierta enviada a los medios por uno de los afectados por la muerte de estos 27 perros.