Por dos años consecutivos (1998 y 1999) Pedro Mulero ha ganado el primer premio de relatos del certamen que organiza el Govern balear, así como el tercer premio en 1997. En la actualidad tiene 30 años, fecha límite de este concurso que busca fomentar la creatividad de los jóvenes del archipiélago, por lo que está buscando otros cauces de salida para sus historias, una recopilación de la cuales intenta publicar en alguna editorial ibicenca o de Palma: «Estoy esperando contestación, pero me parece que no va a ser fácil. Paciencia, es un camino que quiero hacer poco a poco, porque escribir no es mi obsesión, ni mi dedicación exclusiva; sólo un complemento estimulante», explicó a este periódico.
Pedro Mulero hizo la carrera de magisterio de educación especial y en la actualidad da clases de primaria como interino en una escuela pública de Santa Eulària. Su relación con la literatura le viene de lejos: «Escribo desde la adolescencia, como válvula de escape para sacar mis conflictos personales y dudas y ponerlos en boca de otros personajes, lo que te ayuda a superar la etapa adolescente y ver las cosas un poco más claras. Algo así como una reflexión terapéutica», señaló. Pero no busca una moraleja en sus textos, ni funcionan como parábolas: «Digamos que son un reflejo de la vida cotidiana, pero llevadas a un límite grotesco, absurdo y cómico», precisó.
Tampoco tienen un carácter autobiográfico: «No; aunque a veces tomo detalles de cosas que me han pasado o vivencias ajenas que me han contado; y, eso sí, las exagero bastante para causar un efecto más sorprendente en el lector».
Los relatos con los que Pedro Mulero ha ganado los premios de «Art Jove» fueron escritos en catalán, mas por exigencia de la convocatoria: «Mi lengua materna es el castellano, pero como soy maestro y se me obligó a aprender catalán y dominarlo, si tengo que hacer una historia para un concurso que se me exige sea en catalán, puedo hacerlo; pero mi primera intención es escribir como pienso, en castellano», apuntó.