Las cenizas del pintor Esteban Vicente, fallecido en Nueva York el pasado 11 de Enero, quedaron depositadas ayer en El Museo de Arte Contemporáneo de Segovia, donde se celebró un acto íntimo al que asistió su viuda, Harriet Godfrey, así como medio centenar de familiares y amigos.
La directora del museo, Ana Martínez, recordó a las personas presentes en la capilla del antiguo palacio medieval de Enrique IV, ahora convertido en el museo que lleva el nombre del pintor, que «era deseo expreso del artista descansar aquí, y así lo hemos hecho».
La figura del que fuera representante del expresionismo abstracto americano y el único español próximo a la Escuela de Nueva York, aunque no le gustaba adscribirse a tendencias, fue evocada con la lectura de poemas y textos de los autores preferidos por el pintor o con los que había tenido amistad, pertenecientes a la «generación del 27», como Salinas, Guillén o Lorca. En el jardín del museo, el subdirector de las salas, José María Parreño, depositó la urna con las cenizas del pintor en un pequeño espacio excavado en la tierra que quedó tapado con una losa, de piedra de Sepúlveda, con la inscripción «Esteban Vicente 1903-2001».
Desde el pasado viernes, el Museo de Arte Contemporáneo de Segovia acoge la exposición titulada el «El color es la luz», con los cuadros realizados por el pintor Esteban Vicente en los dos últimos años de su vida, junto a otras obras de la colección permanente fruto de la donación que había hecho este artista y su esposa.