Paso a paso y metro a metro. De este modo inició ayer el equipo de arqueólogos dirigido por Carlos Gómez Bellard, profesor del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Valencia, la prospección que les llevará a estudiar seis kilómetros cuadrados de terreno en el valle que lleva de Sant Vicent a Sant Joan. La desembocadura del torrente en la Cala de Sant Vicent fue el punto de partida escogido por el equipo, en el que también figura el arqueólogo ibicenco Vicent Marí Costa, para iniciar su tarea. Un trabajo de observación atenta del terreno para descubrir restos cerámicos y otras piezas que se encuentran al nivel de la superficie del terreno.
El objetivo de esta prospección, que continuará en fases sucesivas en s'Argentera y en el valle de Morna, es el de extraer toda la información posible acerca de la adecuación del ser humano a este terreno desde la época púnica hasta casi nuestros días. Para ello, el informe arqueológico estará complementado por informes de geografía, geología y botánica.
«No se trata de excavar», explicó ayer Gómez Bellard, «es un estudio etnoarqueológico, así que no vamos a remover la tierra». Los técnicos escogieron la zona de la Cala de Sant Vicent por la proximidad del santuario púnico de es Cuieram. «El santuario es una especie de imán. Fue importante en su época y podría ser un punto de atracción para el poblamiento de esta zona. Se conoce la existencia de restos, aunque no existe un estudio que permita ver qué lugares estaban habitados y cuanta superficie ocupaban», explicó Gómez Bellard.
Entrando en aspectos más concretos, el arqueólogo señalo que se considera yacimiento «toda acumulación anormal de cerámicas». Durante el recorrido por una era recién labrada, este periódico pudo comprobar como el equipo recogía un importante número de pequeñas muestras de este material de época púnica, algunas de ellas con marcas de grabados en su superficie. Este material será depositado en el Museu Arqueològic d'Eivissa una vez finalice el estudio. «Además -especificó el arqueólogo-, hoy podemos datar piezas que hace cincuenta años hubieran supuesto muchas dificultades».