José Aranda anda inmerso en un trabajo protagonizado por el realismo, "con el acento en una violencia pictórica «dada por la elección de los temas, que son iconografías del siglo XX»", y lo mostrará en Estados Unidos. Dos exposiciones le llevarán a Nueva York y Chicago. En la primera, expondrá piezas creadas desde la década de los noventa, una visión de su evolución, hasta la actualidad, en una retrospectiva que se inaugurará en diciembre. Chicago es su cita para enero. Allí exhibirá una combinación de fotografía y pintura con una visión personal y crítica de Mallorca.
"Explique su próximo desembarco en EE UU.
"En Nueva York, en la Limner Gallery, expondré «Reality», en un
claro homenaje al 11 de septiembre con obras desde los años noventa
hasta la actualidad; las últimas, óleos sobre tabla, de realismo
puro y duro, mostrando la realidad tal como es, lo más aséptica
posible, sin añadir nada de mi parte. En Chicago, en el Instituto
Cervantes, la exposición será en enero y se titulará
«América"Mallorca, realidad y paisaje». También realista, es
pintura sobre fotografías de paisajes de Mallorca destruidos por la
especulación y los hoteleros mallorquines. Bastante irónica y
densa, se refiere a la capacidad del ser humano para destruir su
entorno.
"¿Aludiendo al 11-S en EE UU también quiere hablar de
destrucción?.
"Unos destruyen por política y otros por dinero. Viví unos años en
Nueva York y creo que la ciudad ha recibido un impacto fuerte, pero
que se está reconstruyendo. Esto es una alegoría a mi
reconstrucción personal, una forma de hurgar en la realidad sin
añadir nada ya que es más terrible que los sueños.
"¿Qué le ha llevado al realismo?.
"He necesitado una limpieza de mí mismo buscando la esencia de la
pintura. Al obligarme a pintar de forma fotográfica he reajustado
mi equilibrio emocional a partir de la dificultad de pintar la
realidad más objetiva.
"¿Y cómo ha evolucionado en los aspectos
formales?.
"El expresionismo abstracto y matérico es de los ochenta. Continuar
en el expresionismo matérico de Barceló o Kieefer es repetirse. Una
vez muerto Balthus hay que coger la antorcha que dejó, la pintura
meditada, basada en la tradición sin olvidar la modernidad del
objeto o la escena a pintar. Ahora quiero que la agresividad no
resulte de la materia, sino del tema, y cuanto más fría sea la
forma de pintar más violenta será la imagen.
"¿Es éste un camino nuevo más personal?.
"Es el inicio de un camino que no sé a dónde me conducirá, pero que
no tiene vuelta atrás. El realismo es un medio para conocer las
limitaciones que uno tiene como pintor, ahí no hay trampa ni
cartón.