El Centro Municipal de las Artes de Alcorcón (Madrid) acoge estos días una exposición de Manuel Bouzo titulada «El gabinete de Mary Shelley». En ella, el artista gallego, residente en Eivissa durante 20 años, hace una reflexión estética y ética en torno a la historia del hombre fragmentario, simbolizado en la criatura que creara (literariamente) la amante del poeta inglés Percy B. Shelley en junio de 1816, durante una histórica velada en Ginebra, en compañía de Lord Byron, Shelley y Polidori.
«Muchos junios después una nueva Epifanía surgirá en el laboratorio-estudio-gabinete de Manuel Bouzo. Como la criatura alumbrada por el doctor Frankestein, nuestro artista ha ido insuflando nueva existencia a una amalgama de recuerdos, imágenes, objetos y deseos sobre la mesa de operaciones de la creación», según explica el crítico Francisco Carpio en el prólogo del catálogo de la muestra. «Lo fragmentario, el detalle, lo particular, la carne y las venas de un mundo visto y/o imaginado, notas para componer la canción de un cuerpo nuevo, víscera y miembros iluminados "con la antorcha de fuego de otros dioses" para atreverse a salir de la oscuridad».
Siempre aficionado a dar una coartada literaria a sus creaciones (como ha podido verse en las exposiciones que ha presentado en la galería Van der Voort), Bouzo ha ampliado en esta ocasión el repertorio de referencias en sus collages y sus particulares cambalaches objetuales. Incluso los ha clasificado por secciones de títulos tan alusivos como «La domesticación de las especies», «Últimas noticias del imperio» o «Los modos del mar antes las playas».