La muerte se lo llevó de repente. Un ataque al corazón acabó con la vida de Beni Trutmann, fotógrafo de origen suizo y que hizo de Formentera su particular estudio fotográfico. Cuando está a punto de cumplirse el primer año desde aquella triste jornada, el Ayuntamiento de Formentera está dispuesto a mantener vivo su recuerdo y, para ello, acaba de convocar el primer Concurs de Fotografia Beni Trutmann, el cual se centra en el medio ambiente de la isla, un mundo que apasionó vivamente al fotógrafo.
Felip Portas, concejal de Cultura del Consistorio formenterés, indicó ayer a este periódico que «prácticamente desde el día siguiente a su muerte todo el mundo pensó en un modo de rendirle homenaje». Casi un año después, «el fotógrafo que mejor ha fotografiado la isla de Formentera», en palabras de Portas, dará nombre a un certamen en el que podrá participar todo el mundo, con un máximo de tres fotografías por concursante y con un plazo de un mes y medio (hasta el día 31 de marzo) para entregar las imágenes, por correo o en persona en el mismo Ayuntamiento. Los premios serán de 300 euros para el ganador y 200 y 100 para el segundo y tercer puesto, respectivamente. Además, los organizadores se reservan el derecho a utilizar las imágenes participantes para dar forma a una exposición. Los ganadores se darán a conocer aproximadamente sobre el día 23 de abril, adelantó Portas.
«La idea fundamental del concurso -dijo el responsable de Cultura formenterés- es que todo el mundo que tenga un cámara participe, pero no por el mero hecho de ganar, sino para que cada fotografía que se entregue sea un pequeño homenaje a Beni Trutmann, porque, sinceramente se lo merece».
Nacido en Locarno (Suiza) en 1935, Trutmann descubrió su afición por la fotografía en la Escuela de Arte de Zurich. Desde la década de los cincuenta residió tanto en Formentera, en una casa situada en la zona de la Mola, como en París. Su último trabajo publicado fue, precisamente, un volumen elaborado junto a Manu San Félix y dedicado a Formentera.