EFE-LOS ÀNGELES
La sombra de la guerra está afectando a todos los participantes de
la 75 edición de los premios Oscar, que se entregarán amañando;
pero los candidatos españoles y latinoamericanos son los que
expresan una mayor preocupación. De momento, el que se ha
pronunciado de forma más contundente sobre el inicio de las
hostilidades en Irak ha sido el mexicano Carlos Cuarón, coautor del
guión de «Y tu mamá también» junto con su hermano y director
Alfonso, candidato en la categoría del Oscar al mejor guión
original. «Es una situación extraña. Estaba muy feliz hasta que
Bush dio su ultimátum, porque siempre es muy gratificante que te
reconozcan. Estaba muy orgulloso con la nominación, pero ahora es
distinto», explicó Cuarón.
En las semanas que precedieron a la guerra, el director español Pedro Almodóvar -candidato a dos Oscar por su película «Hable con ella»- ya había expresado en numerosas ocasiones su oposición a la guerra y ayer volvió a recordar los sentimientos encontrados con los que ha acudido a Los Angeles. «Por muy feliz que me haga, la felicidad está limitada por una guerra con la que no estoy de acuerdo», recalcó un Almodóvar dispuesto a darle las gracias a Hollywood y «a decir algo más». «Creo que Bush no se entera y Aznar tampoco, y debe enterarse porque tiene a su pueblo muy cerca y debería oírlo», dijo en alusión a las manifestaciones de protesta por la invasión a Irak.
El director mexicano Carlos Carrera, quien compite por el Oscar a la mejor película en lengua no inglesa con «El crimen del padre Amaro», es otro de los que no puede evitar sentimientos contradictorios entre la alegría de ser reconocido por la Academia de Artes y el dolor por la guerra que se desarrolla en Irak.