Luis Cuenca, actor de revista, teatro y uno de los grandes interpretes de reparto del cine español, falleció ayer en una clínica madrileña a los 82 años, a consecuencia de una enfermedad pulmonar. Cuenca, que nació en Navalmoral de la Mata (Cáceres) el 6 de diciembre de 1921 en el seno de una familia de actores, ha estado vinculado al teatro desde su nacimiento y como él siempre ha declarado su debut se produjo en su localidad natal «por casualidad», dado que sus padres formaban parte de una compañía de teatro con la que recorrían España.
Se subió por primera vez a un escenario a los siete años y desde entonces ha hecho casi de todo en teatro, desde bailar claqué, a interpretar comedia, drama, revista,... En la década de los 50, comenzó a trabajar como actor de revista en la empresa Colsada, a la que estuvo ligado durante cuarenta años, trabajando en las principales piezas del género que se han estrenado en los escenarios españoles. Al mismo tiempo debutó en el cine, medio en el que pronto se convirtió en un imprescindible actor de reparto, especialmente de comedia.
Tuvo que esperar hasta 1996, en la ópera prima como director de David Trueba, «La buena vida», para tener un papel que mereció el Goya al Mejor actor de reparto. En 1997, trabajó a las órdenes de otro joven director, Juanma Bajo Ulloa, en «Airbag», y posteriormente intervino en «Torrente, el brazo tonto de la ley» (1998), de Santiago Segura, y «La hora de los valientes» (1998), de Antonio Mercero. En 2000 volvió a trabajar con David Trueba en, «Obra maestra» y fue de nuevo candidato al Goya al mejor actor de reparto.