El Aljub del Poble, situado en el Pilar de la Mola, fue construido en 1851 y posee la particularidad de que tiene dos capelletes una en cada extremo del aljibe. El aljibe fue construido por el Obispado de Eiivissa y Formentera en un solar que pertenecía a Josep Marí Barber que residía igualmente en la Mola como lo atestigua una vieja casa llamada Cas Barber situada a pocos cientos de metros. En la actualidad está cubierto de matas que dañan su estructura y los vecinos piensan que bien el Ayuntamiento, bien el Consell, debieran limpiar los alrededores, en especial la bóveda para preservar un elemento de gran valor histórico y cultural.
En aquella época el obispo de las Pitiüses era Basilio Antonio Carrasco, el cual, como recuerda Joan Marí Cardona, «no pocas veces durante sus frecuentes enfermedades se había trasladado a la Mola por consejo médico». En consecuencia, el obispo conocía perfectamente las carencias en materia de agua que había en la zona, especialmente en los años de pocas lluvias tratándose la Mola de un lugar en el que no había ni un solo pozo.
El acta notarial de este aljibe fue otorgada por el sobrino del obispo Carrasco, Juan Francisco Carrasco, que a su vez era vicario general. Las condiciones y obligaciones en las que se basó la donación indicaban que Josep Marí cedía al obispado el terreno en el que se construiría el aljibe así como el espacio suficiente para habilitar la plaza para la recogida de aguas. A su vez, el obispo cedió el terreno y el aljibe a la iglesia del Pilar nombrando administrador del mismo al rector que en cada momento fuera el titular de la iglesia.