Pedro Almodóvar ha hecho «La mala educación» «sin voluntad de polémica» y advierte que, aunque en ella aborda los abusos sexuales en los colegios de curas de los años franquistas, no se trata de un filme anticlerical. «La Iglesia -dice- se desacredita sola cada día, cada día leemos cosas más atroces». La película, que se estrena el próximo día 18 en toda España está protagonizada por Gael García Bernal, Fele Martínez, Daniel Giménez Cacho y Lluis Homar. Su repercusión internacional está más que asegurada ya que será la película que inaugure el próximo mayo (aunque fuera de concurso) el Festival de Cannes.
En su despacho de su productora «El Deseo», Pedro Almodóvar habló ayer con Efe sobre la dificultad de abordar en «La mala educación» un tema tan delicado como el de los abusos a menores. «Tenía un miedo excesivo porque es difícil rodar los abusos sexuales sin caer en lo mismo que estás denunciando. Yo opté por ponerlo fuera de foco, no verlo, pero sí darle al espectador los datos suficientes de lo que está ocurriendo. No me podía permitir que el niño sintiera la menor violencia, que ningún dedo le tocara».
«La mala educación» es la película más personal de Pedro Almodóvar porque está hecha de recuerdos de su infancia, aunque él aclara: «de mí no abusaron, lo intentaron, pero he estado a un metro de ellos. Hablo de cosas que oí, vi y me contaron. No he hecho esta película antes porque nunca he sentido la necesidad de hablar de mi infancia. Esto me ha venido con la edad», comenta el cineasta.
Almodóvar ha trabajado más de diez años en el guión de esta película, y el resultado es una trama complejísima, que funciona como un mecanismo de relojería y que narra la amistad de dos niños en un colegio de curas, en el que uno de ellos es víctima de abusos sexuales, y su reencuentro años más tarde. El cine de Almodóvar es cada vez más complejo. El lo sabe y explica que «mientras mi vida se ha simplificado, las historias que cuento se han hecho cada vez más complejas», pero están hechas, apuntó, «con la ambición de que sean lo más transparentes posibles, que se lean con facilidad. Está claro que no me sale una película de esas de ir acompañando a un personaje en línea recta», concluyó el cineasta.