El Club Náutico de Eivissa acogió ayer una interesante conferencia de Juan Manuel Gracia Menocal sobre «Naufragios de galeones y sus tesoros»; un tema que conoce al dedillo este capitán de la Marina Mercante, presidente de la Asociación Rescate de Galeones Españoles. «Somos el primer país del mundo en barcos hundidos desde 1500 a 1750, y también el último en recuperar nuestro patrimonio subacuático», apuntó a este periódico antes de su conferencia.
Ilustrada con transparencias, la charla de Gracia Menocal contó la historia de las flotas que traían los caudales de América; las más importantes de las que naufragaron; los galeones naufragados principales encontrados por los caza tesoros norteamericanos, cuantificando el oro y la plata hallado. Mostró barras de oro, monedas, lingotes; informó de los caza tesoros más importantes que han existido y se quejó de la lamentable y desastrosa política nacional de recuperación, que calificó de «nula».
Una actitud que Gracia Menocal atribuye a que «los responsables culturales y políticos ignoran, o no quieren saber, nuestro extraordinario patrimonio subacuático, con el que podría formar museos, enseñar historia a la ciudadanía y recuperar y reconstruir parte de nuestra historia». Y, además, ganar dinero: «Por supuesto. Suecia, por ejemplo, reflotó un galeón que es el museo más importante que visitan los turistas cuando van a Estocolmo. Y en España no tenemos ningún museo sobre galeones de Indias; por eso criticamos la desidia y la apatía que muestran nuestros administradores culturales», apuntó el marino.
Críticas sin respuesta: «Saben su incapacidad y, además, no llegan a diez los arqueólogos subacuáticos con los que contamos». Con tal panorama, es lógico que Gracia Menocal se muestre pesimista sobre el futuro del tema: «Totalmente. La arqueología subacuática se ha transferido a las autonomías y cada una lucha como puede. Por ejemplo, en Andalucía, donde está el mayor cementerio del mundo de galeones hundidos del mundo, entre Ayamonte y Tarifa (calculamos que hay más de cuatro billones de pesetas en oro, plata y piedras preciosas), tiene sólo un pequeño taller-laboratorio de arqueología en Cádiz, con unas dotaciones demasiado pequeñas como para hacer prospecciones y buscar galeones».
Con un sarcasmo añadido que clama al cielo, respecto a los caza tesoros norteamericanos: «Nosotros le brindamos gratis nuestros archivos (el de Indias de Sevilla, el de Simancas y otros), ellos descubren los tesoros y luego -de la Expo 92 para acá- les compramos lingotes y tesoros que están en el Museo de América de Madrid y en otros. Es una completa vergüenza, desde luego», apuntó Gracia.