En Semana Santa de 2006 estará completada la segunda fase de la museización de Dalt Vila, cuya principal diferencia en relación a la primera (inaugurada en abril de 2003) es que estará centrada en tres puntos principales: el baluarte de Sant Pere, el de Sant Jaume y la Casa de la Curia. La concejala de Cultura del Ayuntamiento de Eivissa, Lurdes Costa, y la arqueóloga del Consistorio, Rosa Gurrea presentaron ayer a los medios el anteproyecto del conjunto, cuyo coste total será de 1.300.000 euros. La parte principal de esta cifra correrá a cargo de la Conselleria de Turisme del Govern balear, dentro de su programa de desestacionalización. Del resto se hará cargo el Consorci Eivissa Patrimonio de la Humanidad y el trabajo que está realizando la Escuela Taller.
Esta segunda fase es más informativa que la primera y entrará más a fondo en la arquitectura del conjunto histórico, declarado Patrimonio Histórico de la Humanidad por la Unesco hace ahora cinco años. Un equipo de la Universidad de Barcelona, en el que figuran arqueólogos y técnicos especializados en museización han sido los responsables de este trabajo, que se encuentra en fase de anteproyecto y en breve saldrá a concurso para la adjudicación de la ejecución del mismo. Aunque, según precisó Costa, algunos de los proyectos ya están en marcha, como es el caso de la pavimentación y otros trabajos de la casamata del baluarte de Sant Pere, en el que los alumnos de la Escuela Taller llevan trabajando desde hace dos años. El conjunto conocido como Casa de la Curia (ubicada en la plaza de la Catedral y que incluye también un edificio anexo) será el Centro de Interpretación Madina Yabisah y estará dedicado a mostrar los distintos aspectos de la Eivissa medieval, incluido el trozo de muralla árabe descubierto durante las obras para la restauración de ambos edificios. El baluarte de Sant Pere presentará los modos de vida que tenía la sociedad ibicenca durante los siglos XVI y XVII. El baluarte de Sant Jaume acogerá sobre todo la tecnología militar empleada en la defensa de la isla durante los siglos XVI y XVII; muestra que se extenderá por el baluarte vecino de Sant Jordi, en el que habrá una intervención mínima.
Los elementos de la museización de las casamatas de los baluartes serán más sofisticados que los de la primera fase, y contará con audiovisuales, visualizadores y otros artefactos de carácter interactivo que podrán ser utilizados con facilidad por los visitantes de todas las edades, tanto ibicencos y residentes como turistas, según insistió ayer Lurdes Costa. Por ejemplo, en uno de los baluartes habrá un armario que te invita a mirar a través de un artilugio en el que el curioso se verá reflejado vestido de época. También habrá rayos de luz que enfocarán elementos concretos del conjunto de Dalt Vila y otros artefactos que enriquecerán la visita del conjunto histórico y monumental. Las visitas a estos puntos (que en conjunto abarcan unos 1.100 metros de superficie) será de pago, con el propósito de conseguir la autofinanciación; habrá bonos para visitas guiadas (no tendrá guías, pero sí vigilancia) y una serie de días gratuitos a lo largo del año que serán anunciados puntualmente por el Ayuntamiento.