«Estamos muy contentos de la respuesta que está teniendo; una crítica muy buena y una afluencia de público increíble para una ciudad como Salamanca. En casi dos semanas hemos tenido más de 20.000 visitas». Con estas palabras, Albert Ribas mostró ayer a Ultima Hora Ibiza y Formentera su satisfacción por la acogida que ha recibido la exposición «José de Ribera. Bajo el signo de Caravaggio (1613 - 1633)», un ambicioso proyecto que el reconocido gestor cultural ibicenco ha dirigido por encargo de Caja Duero. La extraordinaria exposición estará abierta al público en la salmantina Sala San Eloy hasta el próximo 5 de junio; del 17 de ese mes hasta finales de agosto estará en el Museo de Bellas Artes de Valencia, y desde principios de septiembre hasta finales de octubre en el Museo de Bellas Artes de Sevilla.
Una exposición que «ha sido complejísima de organizar», apuntó Ribas. «Nos ha llevado dos años y pico; porque los cuadros son estrellas de los museos donde están y a éstos les cuesta mucho dejarlas, y más para una itinerancia grande». Los tres puntos de acogida de la muestra tienen su razón de ser: «En Salamanca, para conmemorar el aniversario de su Plaza Mayor; en Valencia, porque es la cuna de Ribera; y Sevilla, por ser uno de los puntos estratégicos de la entrada de cuadros desde Nápoles en la época barroca». Y con referencias a otras grandes exposiciones del momento. «La muestra forma parte de un trípode que hay actualmente en Europa con tres de los mejores pintores del barroco español e italiano: la de Caravaggio del National Gallery de Londres, que antes estuvo en el Museo Capodimonte de Nápoles, y la que se presenta de Velázquez en este museo. Las tres han estado comisariadas (la de Velázquez sólo en parte) por el profesor Spinosa, que es el comisario científico de la exposición y el mayor experto del mundo en la obra de Ribera».
Por todo lo dicho, no es de extrañar que Albert Ribas califique la muestra como «la más ambiciosa de todas las que he organizado, junto con la de 'El toro y la Mediterrània' (que organizó para «Sa Nostra»). Ha resultado muy complicado de gestión. El museo que más nos presta es el Prado, con tres obras; pero las demás, prácticamente cada una es de un museo o de un coleccionista diferente. Un buen lío», precisó.