El bailarín y coreógrafo Rafael Amargo se apunta a las celebraciones del IV Centenario del Quijote y traslada el mundo del ingenioso hidalgo al del vídeo-juego nipón, creando un espectáculo, «DQ...Pasajero en tránsito», en el que las nuevas tecnologías y lo audiovisual tienen un papel destacado.
Para ello y «sin olvidar esa parte de loco romántico», que tanto le gusta a Amargo, ha sido imprescindible la colaboración de La Fura dels Baus y su director artístico Carlos Padrissa ha trabajado codo con codo con el bailarín, para crear «esta reflexión sobre la figura del Quijote, un hombre libre, adelantado a su tiempo y muy buena gente», dijo a Efe el coreógrafo. Para este «DQ...Pasajero en tránsito», que se estrenará el 17 de junio en el Festival Clásicos de Alcalá de Henares (Madrid), Rafael Amargo ha recurrido a sus influencias niponas de los dos años y medio que pasó en Japón. El espectáculo, con dramaturgia del cineasta Juan Estelrich, recrea las aventuras de dos jóvenes japoneses Bidonchi -al que da vida el bailarín- y Akira, dos jóvenes «otakus» o dependientes de manera enfermiza de internet.