La reconocida etnomusicóloga canadiense Judith Cohen ha vuelto una vez más a Eivissa, acompañada esta vez por su hija Tamar, con quien acaba de grabar un disco en los estudios Oxis de Madrid. «Es el segundo trabajo que hacemos con Eduardo Paniagua, con quien en 2000 grabamos 'Canciones de Sefarad'. Este se llama 'Sefarad en diáspora'; podría estar en la calle para Navidad». En esta ocasión, la especialista en canción sefardí no ha ofrecido ningún concierto en la isla, «porque nadie nos lo ha pedido; por nuestra parte estaríamos encantadas», apuntó.
La grabación de «Sefarad en diáspora» se realizó «en sólo dos días, pero muy cargados. Aún se le tienen que añadir un par de cortes instrumentales y después tengo que escribir las notas, como en el anterior, que iba acompañado con un librito de 30 páginas en castellano y en inglés que me costó más tiempo que grabar el disco en sí. Es que hay canciones en varios idiomas de las que hay que hacer la transcripción de las letras, luego la traducción al inglés y al castellano, las explicaciones oportunas... un trabajo complejo», precisó Judith Cohen.
Para la hija, «la experiencia ha sido muy intensa y rápida. No habíamos ensayado lo suficiente, estaba resfriada y a veces teníamos que hacer bastantes tomas de mis temas», explicó la joven cantante e investigadora, que está pasando el verano en la isla antes de regresar a Toronto, donde el pasado año comenzó a estudiar Biología, Química y Español en su universidad. Tamar Cohen realizó el pasado verano, en colaboración con su amigo Josué, un trabajo sobre el mundo de las discotecas ibicencas, que, de alguna manera, continúa el que su madre hace sobre la música tradicional de las Pitiüses. «Dimos dos conferencias sobre el tema en la Universidad de Toronto. Podría desarrollarlo más, pero de momento está en pausa porque estoy más centrada en mis estudios universitarios», apuntó.
En cuanto al proyecto de disco-libro sobre la música tradicional de las Pitiüses, en el que Judith Cohen y la investigadora ibicenca Esperanza Bonet llevan trabajando hace años a partir de la labor realizada por el prestigioso etnomusicólogo norteamericano Alan Lomax en los 50, «lleva ya tiempo en prensa completamente listo. Espera turno, porque hay otros trabajos pendientes. Estoy esperando las pruebas para corregir».
Por otra parte, Cohen sigue sin desentrañar el origen de la «cançó redoblada», que la tiene intrigada hace tiempo. En un reciente congreso internacional de etnomusicólogos celebrado en Londres ha vuelto a hablar del tema con sus colegas. «Hay una técnica parecida en Siberia, Bulgaria y Mongolia, pero no quiere decir que venga de ahí; puede existir en varios lugares de forma independiente. Lo más insólito deredoblat es el uso que hace de la técnica y sus letras sofisticadas», apuntó.