Eivissa será uno de los puntos en los que próximamente recalará la obra que los actores José Sancho y Miguel Hermoso comienzan a rodar el próximo sábado en Avilés (Asturias): «El gran regreso», del actor y autor belga Serge Kribus, por la que llegó a obtener en Francia el prestigioso Premio Molière.
Bélgica, Francia y Argentina (país este último donde la obra ha estado en cartel más de cinco años) han tenido en sus carteleras esta obra que Kribus escribió en el año 2000. Ahora llega a España bajo la dirección de Juan José Afonso, que se enfrenta de nuevo a uno de sus retos profesionales.
«El gran regreso» narra en clave de humor la relación entre un padre y su hijo. Es la historia de la lucha de dos personajes por comprenderse y en la que el peso de las tradiciones transmitidas de generación en generación choca con el avance implacable del tiempo, del mundo y de la visión que de él tiene cada individuo. Ambos personajes se desnudan frente a frente, al comprender que es la única posibilidad de poder estar algo mejor consigo mismos.
Según explicó el lunes en la presentación José Sancho, a él lo que le interesan son «las funciones con pocos personajes porque te ves obligado a trabajar más como actor». «En estos casos no valen pretextos. No hay escuela que pueda superar esta situación. Realmente es una prueba de fuego constante», aseguró el actor.
Sancho dijo haberse inspirado en media docena de amigos actores a los que las cosas no les van bien para interpretar a este personaje (un actor de poco éxito a quien acaban de ofrecerle hacer el papel de su vida: el rey Lear). Por su parte, Miguel Hermoso afirmó que su papel la va «al pelo». «Las relaciones entre padres e hijos son los laberintos más complejos que todos debemos resolver a lo largo de nuestra vida por lo que al espectador le resultan cercanos los conflictos que viven estos personajes», agregó.
Hermoso señaló también que los hijos pasan su vida intentando con poco éxito ser diferentes de cómo son sus propios padres, y que sólo empiezan a comprenderles realmente cuando ellos también son padres. «La enseñanza de esta función es que debemos ser más tolerantes y aprender a conocernos a nosotros mismos», aseveró.