J. HERRANZ
El fotógrafo menorquín Tóbal Esbert se desplazó el lunes a Eivissa para asistir a la inauguración de la exposición «Portmany i l'Eivissa del seu temps, 2: 1974», centrada en el año en que murió el pintor. Suyas son la mayoría de las imágenes de Dalt Vila y alrededores y de los tipos humanos de aquellos años. «Mi relación con Eivissa empezó con el fútbol, cuando jugaba en juveniles, a los 17 o 18 años. Después estuve viniendo una o dos veces al año cuando jugaba en tercera división», explicó Esbert a este periódico.
Jugando al fútbol, «no conocíamos mucho Eivissa, pero me gustó Dalt Vila, que fue lo que me dio más deseo de venir. Entonces hice una semana con la cámara y me dediqué a hacer todas estas fotos y muchas más que tengo», precisó Tóbal Esbert. Imágenes tomadas con «una yashica 6 x 6, que hace unos negativos grandes», y que son claro testimonio de cómo era la ciudad vieja el año en que murió Antoni Marí Ribas 'Portmany'.
Un lote de 40 fotografías («aunque les di algunas más») de aquel episodio han sido adquiridas por el Arxiu Històric de Eivissa. «Tengo más negativos, la exposición se podría ampliar; pero aquí está lo más significativo de todo lo que me interesaba captar con mi cámara, Dalt Vila, sus alrededores y los aspectos humanos», precisó.
Desde aquellos ya lejanos años el menorquín no frecuenta Eivissa. «No he vuelto mucho después a la isla; tres veces más, creo, por el tema del fútbol. Hacía doce que no venía, y la he encontrado totalmente cambiada. No tiene mucho que ver con la que conocí entonces, cuando empezaba el turismo y el fenómeno hippy», reconoció el fotógrafo de Ciutadella, que ha presentado sus trabajos en su ciudad natal, Maó, Nueva York y Palma, entre otros escenarios.