JULIO HERRANZ
«En el IVAM fui conservador a secas, pero en el Museu d'Art Contemporani de Barcelona (MACBA) mi cargo científico es conservador jefe; y administrativamente soy responsable del Departamento de Exposiciones». Aclarado su actual cargo, Bartomeu Marí explicó a este periódico algunos de los proyectos que tiene en cartera para 2007: «En febrero hacemos una pareja de artistas canadienses; y estoy trabajando sobre una muestra temática muy importante para el verano sobre teatralidad».
Y el reconocido gestor cultural josepí la explicó: «Es sobre lo que ocurre, sobre todo en el campo de la escultura, pero también de la representación, de la fotografía, etc., en los 70, después del minimalismo. Los años 60 y 70 son los fundamentales, aunque es una exposición que mira también hace atrás, a las vanguardias históricas».
Ocupará dos plantas del MACBA y será uno de los platos fuertes de la temporada. Se complementa con la que presentarán en otoño-invierno sobre arte europeo y americano entre 1946 y 1956. «Una época en la que el centro de gravedad del mundo del arte pasa de Europa a América, dentro de un contexto en el que domina el expresionismo abstracto americano, pero que en su composición es mucho más complejo. Fundamentalmente, intenta mirar cómo la atención (no sólo en producción artística, sino en coleccionismo, crítica de arte, etc..) oscila de Europa -fundamentalmente de Francia- a Estados Unidos; sobre todo Nueva York. Es cuando se convierte en la capital del mundo del arte moderno».
Sin embargo, el cetro neoyorquino ya no es lo que era. «La capitalidad del arte está actualmente totalmente astillada. No se concentra en una ciudad, sino que se identifica en muchos lugares concretos, aunque Nueva York siga siendo un punto importante. Pero en términos de creatividad y de crítica, está extendida en muchas áreas del mundo. Europa sigue siendo una plaza importante en sitios muy dispersos: Berlín, París, Bruselas, Amsterdam, Copenhague, Budapest...», enumeró.
Pero la globalización, por supuesto, también ha afectado notablemente al mundo del arte; por lo que su centro de gravedad tiene horizontes cada vez más amplios y plurales. «Luego, evidentemente, tienes que considerar a América Latina; sobre todo en Sao Paulo y Buenos Aires, ciudades bastante imanes para el arte actual» Y otro continente más: «Asía también es importante, pero aún la conocemos muy mal. Es un enorme conglomerado de lugares muy importantes». Aunque en lo referente al mercado, las que cortan más y mejor el bacalao «se concentra en plazas muy concretas, como son Londres y Nueva York», reconoció Bartomeu Marí.
A la hora de explicar la línea artística que sigue el MACBA, su conservador jefe marcó dos caminos: «Aquí tenemos una serie de criterios bastante estables y luego focos de atención que van variando.».
Y, con su ya larga experiencia como gestor cultural en plazas importantes, dio algunas pistas: «Por ejemplo, en principio este museo no quiere repetir los senderos ya trillados de la historia canónica del arte, sino que quiere abrir en su programa nuevos puntos de vista, nuevas narraciones y nuevas áreas de conocimiento. Por eso hemos dedicado también atención hacia artistas pocos valorados pero muy importantes, aunque no son súper estrellas dentro del panorama artístico».
Una línea que va evolucionando «hacia lugares del mundo que conocemos poco, aunque tengan una calidad y un interés enorme en su producción. Como sucede en Europa del este o en América Latina, que continúa siendo esa gran desconocida dentro del panorama dominante del mundo del arte».
¿Y Àfrica? «La miramos, sí, pero poquito. No podemos atender a todo el mundo por igual. Las áreas que he mencionado tienen puntos en común con lo que ha sido la historia del arte en nuestro país. Las transformaciones políticas, sociales y económicas que se vivieron en España en los 80 tiene mucha similitud con lo que está pasando ahora en Europa del este. Y Sudamérica es un ámbito geográfico muy importante para leer desarrollos alternartivos de la modernidad; un tema que nos interesa para hacer ver que no hay una modernidad única, sino expresiones muy diversas y ricas de las diferentes concepciones que lo moderno pueda tener».