JULIO HERRANZ
El próximo jueves 15 se inaugura en Madrid la 26ª edición de Arco, la feria internacional de arte contemporáneo más importante de España, que en esta ocasión tendrá a Corea como país invitado. Una cita de prestigio para las artes plásticas, a la que durante seis años consecutivos (de 1996 a 2001) acudió la ibicenca galería Van der Voort. «Dejamos de ir porque cada vez ponían más exigencias a las propuestas, cosas que son difíciles de afrontar por una galería sin apoyos. Y como cada vez se presentan más galerías, el comité de selección va elevando el listón de las que acepta», explicó a este periódico Cati Verdera, responsable desde 1987 de la emblemática galería de Plaça de Vila, que la pasada primavera cerró este local por limitaciones económicas, informando de que la galería se trasladaría a otro local (diseñado por Josep Lluís Sert) cerca del anterior; algo que, de momento, sigue en suspenso.
Así que la presencia de creadores de Eivissa en Arco ya es historia; la que nos cuenta quien lo hizo posible: «La primera vez fue en 1996, con un recorrido de clásicos, como Bechtold, Broner, Hinterraiter, Bouzo, Irriguible, Ayguavives...». Una selección que, con variante de algunos nombres, se repitió en 1997. «En el 98 fue con Paco Romero, Felix Waske, Jordi Alcaraz y Neus Buira. En el 99 con Alcaraz, Ayguavives y Bechtold; los mismos que en 2000, más Bouzo. La última vez fue en 2001, con Bechtold, Campano, Alcaraz, Bouzo, Ayguavives y Tere Recaren», enumeró Cati Verdera mirando sus archivos informáticos.Además de Arco, la galería Van der Voort (época Verdera) tiene una amplia trayectoria de presencia en otras reconocidas ferias nacionales e internacionales y en algunos eventos especiales, como la Expo de Sevilla de 1992. «Nuestra primera salida internacional fue 1994 en Turín (Italia) en la feria Artissima; no tengo registrado a quiénes llevamos esa vez, pero al año siguiente estuvimos con Mario Arlati, Paco Romero, Miquel Planas, Manuel Bouzo, Irriguible y Enric Riera». En 1996 estuvo en la feria Art-Frankfurt, a la que volvió en 1997. Como en la singular movida de New Art, que nació en Barcelona ocupando los artistas con sus creaciones las habitaciones de una planta del hotel Majestic. «Fuimos con sa Moderna», recordó Verdera. Un colectivo anónimo de artistas de la isla que llevaron a cabo durante unos años varias propuestas que sorprendieron al personal.