JULIO HERRANZ
El centro cultural de Can Ventosa acogerá a las 21,30 horas de este viernes 16 la representación de Unes Veus (Some Voices) de Joe Penhall, ganadora de varios premios destacados de la escena británica, como eJohn Whiting (1994) y llevada al cine. Una historia que se mueve entre el drama y la comedia, un terreno frágil cuando el tema central es la enfermedad mental de la esquizofrenia. La actriz Marta Angelat es la responsable de la versión catalana que ahora llega a Eivissa, estrenada el pasado febrero en la Sala Villarroel de Barcelona e interpretada por David Bagés, Carles Sales, Pablo Derqui, Jordi Ballester y Maria Ribera.
Unes Veus cuenta la historia de cinco personajes urbanos atrapados en su propio estrés emocional que son diseccionados con intención de entomólogo: un veinteañero que padece esquizofrenia; su hermano, angustiado por el peso de la responsabilidad que siente por él y por los demás; una chica maltratada que espera un hijo; el padre de este hijo, violento y alcohólico, y un solitario empedernido perdido en su paranoía. Cinco protagonistas para una singular historia de amor.
Una obra que fascinó a Marta Angelat, hasta el punto de desear dirigirla, experiencia a la que se enfrenta por segunda vez en su meritoria trayectoria profesional. «Me cautivó en cuanto comencé a leerla. Me hacía pasar sin transición de una emoción a otra; y éso es lo que he querido lograr al llevarla a escena, que espectador se sienta arrastrado por una montaña rusa de de emociones. Y como no podía ser de otro modo, es una obra de actores, pues es necesario que la interpretación tenga nervio y sea sincera, pues nos ha de transmitir toda la riqueza del texto en una traducción al catalán fiel y llena de vida», ha dicho sobre su montaje la reconocida actriz catalana.
Según ha señalado la crítica, aparte de la interpretación de los cinco actores, la escenografía y la música coadyuvan al éxito de Unes Veus. La primera, un rectángulo sin techo abierto al público, con una ventana por la que se ve pasar la vida y una mesa que se transformará en los diferentes elementos que necesita el texto, junto a los diversos objetos que van apareciendo; todo marcado por una luz que delimita los espacios y crea los ambientes que pide la obra. En cuando a la música, compuesta originalmente para este espectáculo, es el elemento unificador que acaba convirtiéndose en el alma de los personajes «de una obra que es como la misma vida, dura y difícil, maravillosa a ratos y muchas veces cómica, poética y mágica, incluso violenta y cruel en ocasiones», ha sintetizado Marta Angelat.