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Helena Alvarado pone poesía en haikús a las últimas pinturas de Ferrer Guasch

La escritora catalana, que firma con el pseudónimo de 'Nora Albert', publicará 'Calç i memòria' en otoño

Ferrer Guasch con Helena Alvarado en una de las sesiones de trabajo para hablar del libro conjunto 'Calç i memoria'. Foto: ALEJANDRO MARÍ

JULIO HERRANZ

El próximo otoño la mallorquina editorial Moll publicará Calç i memòria, de 'Nora Albert', pseudónimo literario de Helena Alvarado, escritora catalana residente en Eivissa desde hace unos años. Se trata de un acercamiento poético a través del haikú a la obra de Vicent Ferrer Guasch. «La primera vez que vi sus pinturas pensé que era algo déjà vu sobre la típica casa ibicenca, pero luego me fui dando cuenta de que tiene un estilo totalmente propio e inédito que ha ido perfeccionando con los años», explicó la escritora a este periódico. «El Ferrer Guasch que más me gusta es el último, que se aviene mejor con la esencia de los haikús; porque trabaja más en el blanco sobre blanco, buscando una esencialización de la casa ibicenca», añadió.

El libro incluye 32 haikus y está dividido en cinco partes: Calç i memòria (título del conjunto), El batec de la pedra, Caires de llum i ombre y Clams de la terra. «Desde que le hice la propuesta, hubo por su parte una aceptación total. Hemos trabajado juntos; yo le iba enseñando lo que iba haciendo y él se avino sin ningún problema. Creo que está bastante satisfecho del resultado, porque vio que había una conjugación entre lo que él pintaba y el haikú».

El título y la primera parte del volumen «es un homenaje a la casa ibicenca, porque Ferrer Guasch se quedó con la imagen de la Eivissa de antes, y por lo tanto en las piedras está reflejada su infancia. Así, su pintura es al mismo tiempo una preservación y un retorno al estado primigenio», puntualizó Alvarado. El apartado El orfebre de la llum, por su parte, celebra «su quehacer plástico. Son poemas que intentan reflejar su propuesta estética, su arte y su oficio». Y el que cierra el conjunto (Clams de la terra), «tiene un punto más reivindicativo, pero visto desde la poesía».

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