Funkalé, Marcial Rodríguez, Mati, Manoli, Paquita, Juan Carlos Cardoso, Marta Arias, Ismael, Pedrito, José... Todos ellos arrimaron el hombre ayer por la noche en el espectáculo ¡Échame una mano primo...!, en el que el flamenco vistió sus galas solidarias para ayudar a la ONG Dignidad a recoger fondos para la construcción de una escuela en una zona degradada de Mozambique.
Los asistentes al espectáculo, que tuvo lugar en el baluarte de Santa Llúcia con el apoyo del Ayuntamiento de Eivissa en los aspectos técnicos, abonaron una entrada de diez euros, importe destinado a la ONG.
Sobre el escenario, el sonido de las guitarra se acompasaba con las percusiones y los bailes, mientras las cantaoras y cantaores dieron lo mejor de sí por una buena causa. Para abrir el espectáculo, la generación flamenca más joven impuso la fusión como principio artístico, al mezclar los sones propios con los ritmos más funkies. Poco después, a lo largo de un espectáculo que estaba previsto que durara unas dos horas, la tradición cogió las riendas y los palos se sucedieron casi sin pausa. Y todo por un buen motivo: la solidaridad con los menos favorecidos.