Nunca antes el espacio de la ex-iglesia de l'Hospitalet ha estado tan aprovechado en su capacidad expositiva como con sucede con la muestra colectiva Vamos a Ibiza, que, inaugurada ayer, estará abierta al público hasta el próximo día 30. Más de 50 obras de una amplia nómina de las más variadas disciplinas realizadas desde los años 50 hasta ayer mismo en Eivissa y Formentera por artistas holandeses conforman al amplia exposición, organizada por el director del Groninger Museum de Holanda, Kees van Twist, en colaboración con el Museu d'Art Contemporani d'Eivissa i Formentera (MACE) y la colaboración del Consell. Presentada los pasados julio y agosto en la casa Arti et Amicitiae de Amsterdam, fue uno de los éxitos de la temporada, recibiendo 10.000 visitas.
Entre los artistas y escritores holandeses que han visitado o residido y se han inspirado en las Pitiüses durante los últimos 50 años figuran Jan Cremer, Micha Klein, Danielle Kwaaitaal, Elena Beelaerts, Roeland Kerbosch, Ivo Hendriks, Lei Molin, Cas Oorthuys, Waldemar Post, Trudy Derksen, Marie-Antoinette Courtens, Cees Nooteboom, Bert Schierbeek, Maria Barnas y Tommy Wieringa. «El punto más fascinante de esta historia es que las jóvenes generaciones que vinieron después sintieron la misma fascinación y motivación que encontraron sus antecesores», apuntó en la presentación Kees van Twist, quien elogió la pluralidad de géneros y estilos de las obras presentadas, una manera de hacer más accesible el arte al gran público. Y que antes de ser director del Groninger Museum, fue el jefe de programación de la televisión pública holandesa, y se mostró convencido de la necesidad de utilizar elementos mediáticos para atraer al ciudadanos a los museos.
Por su parte, la directora del MACE, Elena Ruiz, explicó que «la dialéctica de la exposición vuelve sobre la atracción que desde los años 30 un buen número de artistas del norte de Europa sintió por el Mediterráneo. No sólo por cuestiones climáticas, sino por filosofía de vida y por el coste de vida».
Una atracción que incluso en algunas ocasiones tuvo un trasfondo oscuro, como explica Twist en el texto del catálogo de la exposición: «Eivissa es también la isla del escapismo para gente con un pasado trágico. Una isla así puede suponer un buen refugio. Conozco a algunas personas que han viajado allí porque en la guerra optaron por el bando equivocado. He visto en Eivissa gente de ambos bandos, que lo sabían unos de otros y que trataban de una manera muy especia. Es típico para una isla como Eivissa que eso sea posible», resumen el organizador de la muestra, quien desea que la iniciativa se abra hacia otros horizontes: «Si estos sale bien, seguramente se repetirán con los alemanes, que tienen allí también su historia, y con los británicos. De este modo se obtendrá una imagen más completa de la isla».
Un deseo el de Twist que se corresponde con el párrafo que cierra el texto que aporta al catálogo el escritor ibicenco Vicente Valero: «A menudo, tenemos la sensación de que todo lo que el viento ha traído alguna vez hasta la isla ha conseguido arraigar, en mayor o menor medida, pero definitivamente. Nadie ha pasado por Eivissa sin dejar huella: desde los fenicios hasta los hippies o los artistas de vanguardia. Llegar a una isla y arraigar en ella cuesta mucho trabajo y debe de ser ésta la razón por la que nada consigue nunca desaparecer completamente».