Bajo el nombre El canvi climàtic a les Pitiüses el meteorólogo Agustí Jansà presentó ayer en una conferencia la repercusión del cambio climático en Eivissa y Formentera en el marco de la XXIII edición del curso ibicenco de cultura que organiza el Insitut d'Estudis Eivissencs. Las consecuencias que pueden sufrir ambas islas en un futuro nada alentador giran alrededor de tres puntos básicos. El primero de ellos es el considerable aumento de temperatura: «El cambio climático se ha empezado a notar con claridad en los últimos 50 años ya que, por ejemplo, la temperatura ha subido desde entonces un grado, pero si observamos la serie desde los años 70, curiosamente, se puede ver un ascenso de casi dos grados», aseguró el experto en clima. Y añadió: «Eso es más del doble de lo que ha subido la temperatura en el conjunto de la tierra, es decir, que no sólo se ha notado sino que es más fuerte que en resto del planeta».
El cambio climático también se está notando en la frecuencia de las lluvias. Según destacó Jansà, la irregularidad es la característica que mantendrán las precipitaciones en un futuro próximo: «Hay muchas dudas. En los últimos 50 años hay una cierta tendencia al aumento de precipitaciones, pero si observamos la evolución desde 1970, hay un descenso; esto significa que hay una irregularidad bastante grande que no permite ver cuál es la tendencia real de las precipitaciones en la isla para el futuro».
El tercer punto que destacó es la subida del nivel del mar: «La subida de las temperaturas afectaría a la subida del nivel del mar, que también traería cambios en los ecosistemas». De cara al futuro, el experto señala que las previsiones no son nada favorables: «Las temperaturas seguirán subiendo y en verano las medias podrían estar cinco o seis grados por encima de las referencias del siglo pasado; en el caso de las lluvias sigue habiendo dudas porque la mayor parte de los métodos de predicción disponibles apuntan a una disminución, pero hay algún otro sistema que prevé un aumento».
Jansà destacó que las personas tienen mucho que ver en la evolución del cambio climático: «Que en verano suban el doble las temperaturas es una burrada. No nos espera un futuro deseable; el aumento de temperatura puede retraer la llegada de turismo. A nivel individual deberíamos consumir menos energía, no usar tanto el coche, por ejemplo; podemos mitigar el ritmo de crecimiento del cambio climático».