Desde hace años su nombre suena para el premio Nobel, pero el Príncipe de Asturias se ha anticipado, y ayer Margaret Atwood, la dama de las letras canadiense, novelista y poeta, comprometida y con una profunda mirada con la que disecciona las relaciones humanas, se ha llevado este prestigioso galardón. Margaret Atwood (Ottawa, 1939), premiada ya con el Booker Prize en 2000, es autora de más de veinte obras de ficción, entre ellas El cuento de la criada, una critica feroz a la sociedad totalitaria, El asesino ciego, Ojo de gato, y Resurgir, una novela incluida por Harold Bloom en su libro sobre las mejores obras que forman el canon occidental.
Pero también esta mujer, cuya obra tiene gran repercusión en España, donde llegó a vivir durante varios meses en 1999, año en el que también presentó Alias Grace, y participó en el ciclo Escritoras de fin de siglo, está considerada como una de las grandes poetas del siglo XX.
Intimista, irónica, reivindicadora de la lucha de la mujer y de los derechos humanos en general, Atwood colabora intensamente con Amnistia Internacional, desde donde ha defendido los derechos territoriales de los indios Mohawks. Ha sido y es una incondicional de los escritores franceses del XIX, como Flaubert, Zola o Maupassant, los clásicos rusos o Cervantes, de donde se ha nutrido para diseccionar las relaciones humanas como si fuera un entomólogo, profesión que ejerció su padre en la Universidad de Toronto, pero aplicando su fina ironía, su humor y grandes dosis de misterio y psicología que contienen sus obras.
De mirada azul cristalina y rasgos suaves, la Atwood siempre tiene una sonrisa en su boca y una situación de escucha constante hacia todo lo que la rodea. De ahí, que la poesía forme parte de su vida desde jovencita. Con 19 años empezó a componer sus primeros poemas, que ya estaban impregnados de referencias mitológicas, y que luego se desplazarían hacia el interés por el misterio, las referencias culturales, literarias y pictóricas. Suele decir que cuando escribe novela «es como si construyera una casa» y si es poesía, «como un pájaro cuando canta»,
Margaret Atwood, que escribe en inglés y francés, también ha llevado algunas de sus novelas al cine y al teatro como La mujer comestible (1969), El cuento de la criada (1985), que también se convirtió en ópera, Alice Grace y El asesino ciego, entre otras. Traducida a más de treinta idiomas, que incluyen el persa, japonés, turco, finlandés, coerano, islandés y estonio, Atwood ha publicado su último libro de poesía The Door en 2007, y una colección de relatos The Tent, en 2006.