JULIO HERRANZ
La segunda jornada de la Trobada Internacional de Literatura Eivissa, Port Mediterrani del Llibre tuvo como protagonista central el polifacético mundo creativo de Julio Cortázar, quien a través de varias iniciativas recibió un homenaje cuando se cumplen los 25 años de su muerte en 1984 a consecuencia de la leucemia: la inauguración de una exposición foto-bilio-hemerográfica titulada 25 años sin/con Julio Cortázar en la sala Ebusus, organizada por el Centro de Arte Moderno de Madrid; una conferencia sobre La poesía de Julio Cortázar a cargo de Rosalba Campra; y una mesa redonda sobre el libro De cronopios y de famas, tres nuevas historias, publicado por Del Centro Editores; con el editor, la ilustradora y el calígrafo responsables del complejo trabajo.
El comisario de la muestra, Raúl Manrique detalló a este periódico lo más interesante y llamativo de la exposición: «Hay una gran cantidad de primeras ediciones de casi todos sus títulos, Bestiario, Rayuela, Último Round, La vuelta al día en 80 mundos... Con curiosidades como la edición de Anales de Buenos Aires, una revista que dirigía Borges en la que, por primera vez, publica un cuento, Casa tomada, que incluyó luego en Bestiario. También es curiosa otra revista, de la editorial Atlántida, en la que aparece el único artículo que escribió la madre de Julio hablando de él. O las traducciones de autores franceses que realizó. Y dentro de las ediciones de artistas, tenemos Grafiti, el libro que hizo con Antoni Tàpies; o la edición de la única obra que escribió en francés, con litografías de Julio Silva, en una edición de solo 100 ejemplares, numerados y firmados por los autores», enumeró.
Además, Manrique también señaló que la muestra 25 años sin/con Julio Cortázar presenta «una parte de las fotografías de Julio en los 70 en París; en distintas situaciones, en su casa, con amigos, artistas... O las que el editor Mario Muchnik le tomó en las últimas vacaciones que tuvo, en 1983, que las pasó en un molino en Segovia. También están los collages originales de Rosalba Campra que ilustraron la primera edición de los poemas de Julio en italiano. Y las ilustraciones que hizo Judith Lange y las caligrafías de José María Passalacqua para el libro con tres textos inéditos», añadió.
Un libro de lujo
Es Polvorí acogió ayer una mesa redonda, moderada por Raúl Manrique, con los responsables de la edición del libro De cronopios y de famas, tres nuevas historias, publicado por Del Centro Editores como homenaje a Cortázar en el 25º aniversario de su muerte. Participaron Judith Lange, autora de las ilustraciones; José Marí Passalacqua, calígrafo, y Claudio Pérez Míguez, el editor del libro y coordinador del Centro de Arte Moderno de Madrid.
Pérez Míguez explicó a este periódico que su sello editorial «está especializado en hacer libro de tiradas cortas, siempre numerados y firmados por los autores. En algunos casos, totalmente artesanales y en otros un poco menos». Y en el caso de Cortázar, «un autor que siempre nos ha interesado, ya habías hecho una edición de 25 ejemplares de una caja que traemos a la exposición, en base a un original de una carta manuscrita. Y como tenemos mucha relación con su viuda, Aurora Bernárdez, le planteamos ya hace tiempo que queríamos hacer algo como homenaje a los 25 años de su muerte».
Barajando posibilidades, finalmente el proyecto se decantó por tres historias inéditas de la serie de cronopios y famas. El libro De cronopios y de famas, tres nuevas historias se presentó el pasado 26 de enero en el Centro de Arte Moderno de Madrid en presencia de la viuda de Cortázar. Se trata de una edición de 100 ejemplares hechos en papel de grabado pintado a mano, con cajas y carpetas.
En cuanto a las ilustraciones, el editor explicó que pensaron en Judith Lange, «porque ya habíamos trabajado antes con ella; pero era un tema complicado porque no existían ediciones ilustradas de Cronopios y famas, y era delicado ponerle imágenes, porque el lector se hace la suya propia. Pero el resultado ha sido excelente, estamos muy contentos. Como suele ser su pintura, hizo unos personajes entrañables, muy simpáticos, cálidos, que no caen en lo grotesco».
Con un añadido particular más para enriquecer la primorosa edición: «Para recalcar todavía más esa cosa de chamán de los textos, en lugar de hacerlos en tipografía, fueron escritos a mano por el calígrafo José María Passalacqua. Porque las historias no son muy extensas».