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Diálogo entre imágenes imposibles

GUILLERMO ROMANÍ

La sala de exposiciones del Ajuntament Vell de Formentera inauguró ayer la muestra Poesía Visual, con obras de Joan Brossa, Chema Madoz y Sean Mackaoui, que estará abierta al público hasta el próximo 3 de julio. Se trata de tres autores procedentes de campos distintos que al final convergen: un poeta como Brossa que calificó explícitamente de 'visual' gran parte de su obra poética a partir de final de los 50, siendo por tanto el iniciador de esta corriente en España; Chema Madoz, fotógrafo, amigo y cómplice de Brossa en su última etapa y con quien colaboró en el diálogo Fotopoemario; y Sean Mackaoui, ilustrador que cambió su manera de crear tras descubrir al polifacético creador catalán.

El mérito de la conjunción de estos creadores de imágenes a veces lúdicas, a veces perturbadoras pero que jamás dejan indiferente al espectador, es Manolo Oya, comisario de la exposición que debuta en este cometido con un trabajo de gran calidad que acerca a Formentera una muestra exuberante de ingenio y de juego de miradas. Así, Madoz explicó ayer que la muestra parte de la relación entre Manuel Oya, comisario y Sean Mackaoui; y sobre todo del interés y la ilusión de Oya en traer obra de Brossa a Formentera. «Y tanto Sean como yo nos hemos apuntado al barco; pero viendo la exposición queda claro que hay un espíritu común». Por su parte, Sean Mackaoui, de origen anglolibanés, recordó que tuvo «el honor de conocer a Brossa en el 97 en Barcelona, y en esa época no hacia objetos; fue a partir de entonces cuando comencé a trabajar en ello, me inspiró en esas manipulaciones y diálogos entre objetos».

Posteriormente Madoz y Mackaoui se cruzaron numerosas veces en Madrid por tener amigos comunes pero los tres caminos (Brossa falleció hace algunos años) no se habían juntado nunca; y fue Oya quien propuso a la Fundación Brossa la posibilidad de esta muestra. De entrada confesó que era su primera experiencia como comisario y hubo reticencias, pero cuando hablaron de Chema Madoz, con quien Brossa había colaborado, se allanó el camino; al igual que con la Galería Moriarty, propietaria de parte de las obras de Madoz; y con la aquiescencia de Mackaoui, las cosas comenzaron a funcionar rápidamente.

Uno de los ases en la manga era llevar a Formentera, una isla fuera de circuitos artísticos una muestra de esta envergadura; y la Galería Moriarty accedió quizás porque los propietarios tienen una casa en la isla, que visitan asiduamente, como lo hacen los artistas que ayer estaban en la inauguración de la muestra.

«Jamás se había hecho -señaló Madoz-, una muestra de estas características juntando a tres artistas, a tres universos que tienen algunos puntos en común». Y mientras Mackaoui había confesado que le debía mucho a Brossa desde que descubrió su obra, Madoz explicitó que desconocía la obra del artista catalán. «La primera vez que me hablaron de él estaba en Francia, cuando comenzaba a hacer fotos, por el año 85. Lo curioso es que una persona de Lérida, y teniendo en cuenta que por aquel entonces no trabajaba con objetos sino con figuras humanas, me dijo que lo que hacía tenía muchísima relación con Brossa y me picó la curiosidad por conocer su obra pues no sabía nada de él. Así descubrí que trabajaba con objetos, que hacía poemas visuales». Pero aunque inicialmente Madoz no veía tanta relación entra la obra de ambos, a partir de los 90 comenzó a trabajar con objetos y poco después hubo una exposición en el Reina Sofía de Madrid que «me dejó 'clavao'; porque yo estaba entusiasmado pensando que hacía cosas que no había hecho nadie y me encontré con señor que llevaba ni sé cuántos años haciendo eso».

Para Gloria Brotons, filóloga y especialista en Brossa, la muestra de Formentera «es magnífica». Y recordó la experta: «a Brossa le mostraron un catálogo de Chema y quiso conocerlo; de ahí salió la idea del Fotopoemario, que quedó a medias. En 2003 se publicó el trabajo conjunto, en el que Joan Brossa no ilustraba sino complementaba con textos las visiones que le sugerían los trabajos de Madoz. Se trata de una verdadera joya artística», valoró Brotons.

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