El pasado sábado tuvimos la ocasión de escuchar al ya conocido y apreciado músico italiano Angelo Comotto en el tradicional concierto de órgano que nos viene ofreciendo la primera quincena de septiembre coincidiendo con sus vacaciones estivales en la isla. Un concierto de agradecer por todos los que apreciamos el sutil arte que se desprende de la magnificencia del instrumento, así como del aprecio por la sonoridad de la iglesia de San José. El repertorio escogido para la ocasiónfue el siguiente: Batalla de J.Jiménez, Pavana de Antonio de Cabezón, Fantasía de cuarto tono de Tomás de Sta.María, Tres glosas sobre el canto de la Inmaculada Concepción de Francisco Correa de Arauxo, Registro bajo de 1er tono (tiento de falsas) de Sebastián Aguilera de Heredia, Preludio y fuga en mi m de Dietrich Buxtehude, Preludio al coral 'Auf meinen lieben Gott Helft mir Gotees Güte preisen'de J.N.Hanff, Preludio y fuga en sol menor de N.Bruhns y Fantasía en Sol mayor BWV 572 de J.S.Bach.
Fue un concierto interesante por varios motivos:
Primero, por el aspecto cronológico en el orden de las piezas, el cual permitía con una atenta audición, disfrutar la evolución armónica y contrapuntística de la escritura organística. Segundo, por la diversidad de autores y las dos escuelas netamente diferenciadas (española y alemana) que bien pudo apreciarse en los inicios y final del concierto, respectivamente. (La escuela española se caracteriza-si bien hay casi tantos subgéneros como autores- por la sobriedad, lo austero, la búsqueda de un contrapunto en relación temática, la religiosidad reservada en la armonía y especial uso de la trompetería, tan destacada en la construcción de los instrumentos españoles. Por el contrario la alemana es de naturaleza más florida, con más dramatización y extensión en el uso de la tímbrica organística, uso más recurrente del pedalier y mayor abstracción armónica). Tercero, por los comentarios que el propio organista realizó antes del concierto, sobre cada una de las piezas, y que a modo de pincelada, pedagógicamente nos introdujo sobre aspectos a destacar de cada una. Y cuarto, por el uso variado y rico de la tímbrica que ofrece el órgano, muy acorde con las necesidades de cada pieza.
A destacar la interpretación de la batalla, con la fuerza expresiva y rítmica de la ejecución; las Tres glosas..., con su serena selección tímbrica, y las tres últimas obras, donde se nos mostró un intérprete harto convincente en el manejo del pedal y del conocimiento de la literatura alemana. Tras los merecidos aplausos, Comotto nos regaló dos delicadas piezas de Haydn, compuestas para los nobles y para ser usadas en el cambio horario de sus residencias palaciegas; y un tercer bis incluyendo la famosa Sarabanda de la Suite en re m de G.F.Haendel.
Concierto del organista Angelo Comotto. Iglesia de Sant Josep, sábado 12 de septiembre.
ADOLFO VILLALONGA