Los miembros de la formación musical Magnam Ibiza Metal-Rock Band tardarán mucho tiempo en olvidar el pasado fin de semana. No sólo hicieron historia al ser la primera banda ibicenca que participa en el festival Viñarock sino que lograron cumplir un sueño personal que llevaban mucho tiempo queriendo realizar.
Varios miembros del grupo tienen raíces manchegas y ese factor, unido al apoyo económico que recibieron por parte de las instituciones locales les permitió participar en este evento.
A su regreso a la Isla, la banda aún desprendía entusiasmo tras haber vivido una de sus experiencias más apasionantes en el mundo de la música, que les ha permitido compartir escenario con artistas de la talla de Àngeles del infierno, Avalanch, Warcry, Angelus Apatrida o Rosendo con los que pudieron compartir copas y vivencias en el bar habilitado para los músicos.
De la experiencia vivida en el festival destacan lo impactante que fue ver cómo un pueblo tan pequeño como Villarobledo alberga un festival de semejante magnitud. «Durante el primer día del festival hicimos publicidad de nuestro concierto con la gente que teníamos a nuestro alrededor y, por lo general, siempre decían lo mismo: «¿En Eivissa se hace música en directo? Pensábamos que sólo había discotecas». Es triste que se siga teniendo esa imagen de la Isla con la cantidad de grupos buenos que hay aquí», aseguró el grupo una vez llegados de nuevo a la Isla, donde ya sentían una ligera nostalgia por todo lo acontecido en tierras manchegas.
Sol ibicenco
El grupo comenzó su actuación al grito de: «¡Os traemos el sol desde Eivissa!». Y es que la lluvia fue constante durante el Viñarock pero cesó para dar paso a su concierto. Su repertorio hizo las delicias de los asistentes y el público les dio una acogida que ellos mismos calificaron de «excelente». Según los componentes de Magnam, el hecho de ser un grupo novel jugó a su favor a la hora de que la gente se animase a ir a su concierto, que se celebró en el escenario Villarobledo-Quijote. «La novedad atrae la curiosidad de la gente y, a medida que avanzaba nuestro concierto se iban sumando más espectadores y tuvimos ante nosotros a un público nuevo, que no se movió de allí hasta que finalizamos», aseguraban los componentes de Magnam.
Para Juan Ernesto Almansa (voz), David Pacheco y Àlex Riera (guitarristas), Óscar Mateos (bajo) y David Romero (batería) el momento culminante de todo este periplo llegó cuando subieron al escenario. «Fue una mezcla de emoción y euforia, porque habíamos trabajado mucho el repertorio y, conforme iban pasando los temas, esas dos sensaciones iban aumentando», confesaban con una enorme sonrisa al rememorar ese momento, y añadían que: «Nuestro concierto fue como la seda. El subidón de adrenalina que conlleva ver al público saltando al ritmo de nuestras canciones y coreando los estribillos hacen que ésa sea una parte clave de cualquier actuación».
Lejos queda ya aquel instante en que la organización les confirmó que serían uno de los grupos elegidos para la edición de este año del Viñarock y, ante la pregunta de si repetirían la experiencia, lo tienen claro: «Si te dijéramos que no, mentiríamos. No sólo repetiríamos, si nos dejaran no bajaríamos del escenario. La verdad es que, para un músico, tener delante tuya a tanta gente y tan dispar, que te conozca o no te está mirando y disfrutando, es algo grande. Es un subidón y el cuerpo te pide más».
Y es que, para ellos no faltó de nada en este festival. «Diversión, buena música en directo, comida, mercadillos. Los conciertos bien organizados, puntuales y sobre unos escenarios espectaculares», resaltaban para concluir el relato de una experiencia memorable.