«Esta Isla inspira a muchos artistas», comenta Frieder Egermann, director del Festival del Mar momentos antes de comenzar la entrevista mientras ojea el periódico. Su faceta pictórica es menos conocida para los ibicencos que, sin embargo, han sido testigos de los excelentes resultados que ha dado su esfuerzo como director del Festival Internacional de Cine Gay y Lésbico que este año alcanza su octava edición. Inquieto e incansable cofiesa que, a pesar de que la mayoría del año la pasa entre Madrid y otros lugares a los que viaja por motivos profesionales, le encantaría pasar un invierno en Eivissa. «Creo que es cuando la Isla está más bonita», asegura. Durante estos días Egermann y su equipo ultiman los detalles del festival, que arranca mañana, a las 22 horas en el baluard de Sant Pere (Dalt Vila) con la proyección del cortometraje Terapia de choque seguido de la película de factura bahamesa Children of God.
-¿Cómo valora la progresión del Festival del Mar desde la primera edición?
-El primer festival fue una pequeña gran locura. También fue en julio, como el de este año. Era más retrospectivo y no era un concurso. Fueron cuatro días de auténtica locura porque nadie confiaba en el proyecto. Nos costó mucho sudor, literalmente, promocionar el festival y convencer, puerta a puerta, a la gente. Todos han sido agotadores pero ese fue especialmente duro y divertido a la vez. De cara a la segunda edición aumentaron el número de días y se establecieron las bases para las películas que entraban a concurso, con cintas de muy reciente producción. Siempre hemos seguido en esa línea y creo que el festival ha evolucionado muy bien. Siempre hemos ido paso a paso y no hemos intentado ni dar un pelotazo ni hacer del festival algo que no es. Hemos intentado hacer hincapié en lo esencial, que son las películas y el público que va a verlas.
-¿Cuál es el secreto para que esté tan consolidado?
-No hay ningún secreto. Nuestra línea es centrarnos en las películas. Cuando año tras año me preguntan '¿qué novedades presenta el festival?' siempre respondo que las novedades son las películas que se van a proyectar. No necesito más novedades, a pesar de que este año lo novedoso es que es al aire libre. Siempre trabajamos con humildad y pocos recursos, intentando llegar a la gente. Para mí, la cultura sin espectadores no tiene sentido y me gusta que el arte pueda ser disfrutado de una forma popular.
-¿Resulta complicado animar a la gente a que acuda a las proyecciones?
-En ese sentido no tengo ninguna queja. Aunque siempre es difícil y más teniendo en cuenta la fluctuación de gente que tiene la Isla, lo cierto es que nos sorprendemos de cuánta gente está entusiasmada año tras año cuando recibe el programa. Los ciudadanos conocen el festival y le tienen muchísima estima.
-¿Ha conseguido fidelizar al público?
-Sí, desde luego. Hay muchos que han venido todos los años. Algunos de ellos, debido al cambio de fechas, se lo van a perder y me da mucha pena. De hecho, algunos planean sus vacaciones en función de las fechas en las que se celebrará el certamen.
-¿Qué originó el cambio de fechas respecto a otros años?
-Este año, debido a las elecciones no obtuvimos una confirmación por parte de las instituciones hasta marzo, lo que nos obligó a retrasar el festival. De cara a otras ediciones me gustaría que mejorara la capacidad de reacción de las instituciones y que éstas supieran aprovechar el potencial turístico del festival.
-¿Los recursos económicos son el gran lastre de la cultura?
-Y cuando la cultura tiene la etiqueta de minoritaria, es aún peor, estamos a la cola de la cola. A pesar de que en Eivissa no es tan difícil, mucha gente considera que este evento es sólo de gays y lesbianas. Es una lástima porque lo hemos planteado para acoger a todo tipo de público.
-Quizás a través de este certamen mucha gente logre entender mejor la realidad homosexual...
-El festival quiere, a través de las películas que se presentan, dar a conocer realidades que resultan desconocidas, incluso para gente abierta y que cree conocer este 'colectivo'. Somos gente de todo tipo y eso se refleja perfectamente en una historia y permite entrar en los diversos aspectos de nuestra vida.
Sorpresas fílmicas
«Es imposible elegir una sola película, pero quiero destacar la presencia de 'Violet tendencies' del director Casper Andreas, que tiene una de las carreras más interesantes en el cine gay y lésbico. Su película trata de una figura que me inspira mucho cariño, que es la mejor amiga de un chico gay. Me gusta que un director le haya dedicado toda una película a esta figura», aseguraba el director del Festival del Mar que también destacó la esperadísima 'Bear city', que trata sobre la comunidad 'osuna' y la polémica cinta brasileña 'Do començo au fim'. «Según el origen de cada cinta e indistintamente del género, el espectador es capaz de distinguir la visión que se tiene de la homosexualidad en cada país», comenta Egermann, que añade: «A veces, a través del cine se puede luchar mejor por los derechos de los homosexuales en países donde se ha involucionado, en este sentido. Es el caso de algunos países islámicos o repúblicas de los balcanes».