La iglesia de Sant Elm, situada en la calle Josep Verdera de la Marina, ha cerrado sus puertas por el plazo de un mes debido a una actuación de urgencia para asegurar la bóveda a través de un forjado provisional desmontable de protección al haberse detectado daños que podrían haber supuesto futuros riesgos para los ocupantes del templo.
Según explicó ayer a este periódico el arquitecto Toni Marí Torres, autor del proyecto, se trata de instalar un forjado de madera que podrá usarse a su vez como andamio para ejecutar los trabajos de rehabilitación y conservación que requerirá la bóveda.
Asimismo, estas cuatro semanas de trabajos en el interior de Sant Elm se aprovecharán también para renovar un pequeño forjado de la cubierta de la casa parroquial de algo más de veinte metros cuadrados que actualmente se encuentra apuntalado por riesgo de derrumbe. Para ello se empleará el mismo sistema del forjado actual.
El estudio del estado actual de esta iglesia dio comienzo el pasado mes de diciembre, cuando se estudió el mismo y se comparó con el informe municipal de 2006. El aspecto primordial de esta inspección, y las que vinieron a continuación, fue la de valorar las condiciones de seguridad del templo para sus ocupantes y para ello se realizaron catas para conocer su sistema constructivo, se hizo un levantamiento topográfico de precisión escaneando el inmueble en 3D junto con una auscultación topográfica para comprobar posibles deformaciones de la estructura.