Romy Querol, artista americanana con más de 20 años de experiencia en el mundo de la moda y la fotografía, ha tomado miles de instantáneas de la muñeca Barbie. Después de dedicarles una primera muestra el año pasado, la artista no ha abandonado a la famosa muñeca de Matel -que utiliza para expresar las contradicciones entre la cultura americana que la vio nacer y la mediterránea en la que reside-, sino que simplemente comenzó a mirarlas desde otro punto de vista. El resultado se puede ver durante todo este mes en la Galería Km 5 de Eivissa, donde presenta la segunda parte de Erotismo Plástico.
«La primera vez jugué con esa simbología que representa la muñeca del american way of life de la postguerra, contradiciéndola al buscar el erotismo de las muñecas barbie, en consonancia con el free ad lib style de la isla», explica. Ahora el simbolismo es el inverso: la muñeca Barbie recupera su pureza virginal y Querol las fotografía imitando, por ejemplo, a La Piedad de Miguel Ángel. «Junto a las efigies religiosas de piedra, de la isla, que también intenta recuperar su pureza ecológica; la piedra es el marco que envuelve a las vírgenes barbie, una pureza mucho mas real que en cierto modo aísla y desnuda el simbolismo artificioso del producto barbie original», matiza.
Querol, que se centró en esta nueva idea después de viajar a Roma y visitar El Prado, define su trabajo como «un arte transformista». «Una Barbie es algo que todo el mundo ha tenido entre sus manos», recuerda.