«Miró es intocable y por eso su obra sigue intacta y es tan actual en los tiempos que corren». Así de contundentes se mostraron ayer los artistas catalanes Frederic Amat (Barcelona, 1952) y Perejaume (Sant Pol de Mar, 1957) momentos antes de comenzar la mesa redonda en la que participaron junto al alemán afincado en Eivissa, Erwin Bechtold (Colonia, 1925) en el Museu d'Art Contemporani d'Eivissa (MACE) con motivo de la exposición Joan Miró, la llum de la nit.
Tanto Amat como Perejaume incidieron en analiza la importancia de la figura del genial pintor catalán en el mundo del arte desde el punto de vista de su experiencia vital. «La obra de Miró nos ha acompañado a lo largo de nuestra vida, que ya es extensa, como espectadores y como artistas, y para nosotros fue nuestro maestro, tanto desde el punto de vista artístico como ético», explicó Frederic Amat.
En este sentido, los dos artistas coincidieron en definirse como «los últimos» de una generación de creadores que tuvieron «un referente» durante los primeros años de su carrera. «Ha influido mucho en nuestra trayectoria porque Miró es un autor que seguirá vigente aunque pasen los años por el poder tan extraordinario que tenía para seducir a través de sus obras, sus colores y sus temáticas», aseguró el pintor y poeta Pere Jaume.
Es más, Frederic Amat fue más allá e incidió en este mismo aspecto. «Miró quiso ser original, partiendo del espacio sacro, y por eso consiguió que, aunque muchos de sus críticos tilden su obra de fácil y sencilla de elaborar, haya conseguido ser un referente para generaciones de todo el mundo».
«Haría lo mismo: pintar»
Por ello, ambos autores coincidieron en que en estos tiempos que corren del siglo XXI sería difícil que surgiera una figura igual que Joan Miró. Eso sí, los dos también aseguraron que «si hubiera vivido en estos días tan convulsos haría lo mismo que hizo durante toda su vida: pintar». «Realizó sus famosas Constelaciones en los tiempos de la II Guerra Mundial y algunas de sus mejores obras durante la Guerra Civil española y durante toda su existencia nunca se calló ni se dejó influenciar por lo que si viviera ahora seguiría siendo igual de reivindicativo», confirmó Frederic Amat.