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La segunda parte de 'Ocho apellidos vascos' se empezará a rodar en primavera

Un fotograma de 'Ocho apellidos vascos'. | Redacción Cultura

| Madrid |

Con un guión ya muy avanzado y toda la trama «dibujada», el equipo de «Ocho apellidos vascos» se prepara para comenzar el próximo abril el rodaje de la segunda parte de la película española más taquillera, un «reto» que afrontan pensando que, si lo consiguieron antes, por qué no van a hacerlo de nuevo.

Así lo asegura Karra Elejalde, el actor que da vida a Koldo, el muy vasco padre de la protagonista: «En España somos esclavos del refranero, eso de que segundas partes nunca fueron buenas. Pero si supimos hacerlo la primera vez, no tenemos por qué no saberlo hacer en la segunda. Es terreno abonado».

Elejalde y Borja Cobeaga, coguionista junto a Diego San José, de la cinta dirigida por Emilio Martínez-Lázaro, ruedan en Madrid el anuncio publicitario de La Gula del Norte para la próxima Navidad, del que han sido protagonistas en anteriores campañas Ernesto Alterio, Rosa María Sardá, Tricicle, Alfredo Landa, Antonio Resines o Xabi Alonso, entre otros.

Cobeaga (San Sebastián, 1977) afirma que la película, que se estrenará previsiblemente en el mismo 2015, es una «continuación, literalmente» de «Ocho apellidos vascos": los mismos actores en sus anteriores papeles, pero dando en esta ocasión el punto de vista de los vascos sobre Cataluña.

«Es uno de los elementos de la película, pero tampoco está obsesivamente centrada en Cataluña», explica Cobeaga, que señala que la primera parte transcurrirá en Andalucía, «donde justamente se ve el lado contrario de la primera parte, pero, para meter un nuevo elemento, está lo catalán».

«Diego y yo (los dos guionistas) somos vascos, y creo que ha cambiado un poco la cosa. Antes había una especie de hermanamiento, las nacionalidades y todo eso, pero ahora quizá en los vascos hay un poco de envidia de que los catalanes sean los protagonistas», sostiene Cobeaga, que garantiza que la secuela no será una cinta política como no lo fue la primera.

Por eso mantiene su mismo espíritu, el de ser una película hecha «no con ganas de zaherir, sino de hermanar», y la carta de presentación es ahora igual: una cinta «cauterizadora, sanadora, cicatrizante», dice Elejalde, que pide a los guionistas que en la segunda parte se mantengan, junto al humor, los momentos «sentimentales y tiernos» de la primera.

Un humor que, como espectador, ha apreciado mucho en la película «El negociador» dirigida por Cobeaga y que obtuvo el Premio Irizar, en la que realiza una parodia de una negociación entre el Gobierno y ETA llena de «chapucerías» con un protagonista inspirado en Jesús Eguiguren.

Su director está muy satisfecho por cómo fue la acogida en el Festival de San Sebastián y de cómo «El negociador» ha sido entendida por todos los sectores.

Además, cree que el hecho de que proliferen películas que abordan el terrorismo de ETA, como la suya en clave de humor o desde la visión dramática de «Lasa y Zabala», se debe a los momentos de calma y esperanza que se viven en la actualidad.

«Pasa lo mismo que ocurrió cuando murió Franco con las películas sobre la Guerra Civil», señala el director vasco que añade: «Es el momento de contarlo después de lo que hemos vivido».

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