El filipino Lav Diaz cumplió los pronósticos y se llevó el León de Oro de la Mostra en una 73 edición con fuerte acento latinoamericano con los premios al mexicano Amat Escalante, como mejor director por La región salvaje, y la Copa Volpi al argentino Oscar Martínez por El ciudadano ilustre.
The Whoman Who Left se situó como favorita desde su proyección con un cine lento -casi cuatro horas de metraje-, en blanco y negro, con planos fijos y que se toma su tiempo para mostrar hasta el más mínimo detalle, muy diferente a la explosión de color y exceso de Nocturnal Animals, por la que el diseñador y realizador Tom Ford consiguió el Gran Premio del Jurado.
En el apartado de la dirección, sorpresa con un León de Plata concedido ex aequo a Escalante y al veterano realizador ruso Andrei Konchalovsky. En el caso de Escalante, el presidente del jurado, Sam Mendes, justificó el premio porque el filme del mexicano tiene todo lo que suele faltarle a las películas: compromiso, imaginación, originalidad y pura identidad.
Un galardón recibido con división de opiniones en la sala de prensa, la misma que acogió su proyección en el Festival de Venecia, donde su película sobre la homofobia y con una criatura alienígena que proporciona placer a las mujeres no terminó de convencer.
Más esperado era que se premiara a Paradise, la película de Konchalovsky, que cuenta con precisión y sobriedad, apoyado en un blanco y negro desgarrador, una dura historia con el Holocausto como telón de fondo. Un segundo León de Plata para el realizador, que ya lo ganó en 2014 por El cartero de las noches blancas.
Y aún estaba más clara la Copa Volpi a Oscar Martínez, que asombró a todos por un personaje lleno de matices y de humanidad, con todo lo bueno y lo malo que eso implica, en la coproducción hispano argentina El ciudadano ilustre.
Es la primera vez que un intérprete latinoamericano gana la Copa Volpi de Venecia y el segundo para un trabajo en español tras el logrado por Javier Bardem por Mar adentro en 2004 (la había ganado también en 2000 pero por una película en inglés, Antes de que anochezca).
En el apartado femenino, la Copa Volpi fue inesperadamente para la estadounidense Emma Stone, una forma de premiar a la película que más ha gustado en esta Mostra, el musical La La Land, de Damien Chazelle.
Otra de las películas mejor recibidas de esta 73 edición fue Jackie, del chileno Pablo Larraín, con una Natalie Portman que recibió excelentes críticas por su interpretación de Jackie Kennedy.
Pero el galardón no fue ni para Larraín, ni para Portman, sino para el preciso guion de Noah Oppenheim, que muestra a la viuda de John Fitzgerald Kennedy en los momentos y días posteriores a la muerte de su esposo.
Mientras que la joven actriz alemana Paula Beer se llevó con justicia el Premio Marcello Mastroianni a un intérprete emergente por su delicado trabajo en Frantz, un drama de época del francés François Ozon que estaba entre los favoritos para premios mayores.
Un palmarés que se completó con la polémica de la noche, el Premio especial del Jurado concedido a la extraña e incomprensible The Bad Batch, una historia de canibalismo dirigida por la estadounidense Ana Lily Amirpour que había sido recibida con abucheos en Venecia.
Fuera de los premios se quedaron películas como Arrival, de Denis Villeneuve; Une vie, de Stéphane Brizé, o On the Milky Road, de Emir Kusturica, que estaban en muchas de las quinielas.
Unos premios de la competición oficial que se completaron con los de Horizontes, donde el mejor filme fue considerado Liberami, un documental sobre el exorcismo de Federica di Giacomo.
Y la española Ruth Díaz ganó en esa sección el premio a la interpretación femenina por su estupendo trabajo en Tarde para la ira, la ópera prima del actor Raúl Arévalo. Galardón que la actriz recogió entre lágrimas en uno de los momentos más emotivos de la noche.
En esta sección, el mejor cortometraje fue considerado La voz perdida, del paraguayo Ricardo Martinessi, sobre la masacre de los campesinos de Curuguaty, rodado en español y guaraní.