Hay imágenes que valen más que mil palabras. Y frases también. En este caso las que pronunciaron ayer por la tarde el conseller d'Educació, Patrimoni, Cultura, Esports i Joventut, David Ribas, y el delegado diocesano de Patrimonio y Liturgia, Francesc Xavier Torres Peters, durante la presentación de la exposición sobre la historia y la restauración del retablo de la iglesia de Jesús que acogerá hasta el próximo 7 de diciembre Sa Nostra Sala. Frases como «ahora sí que sí» o «por fin vemos la luz al final del túnel» demuestran a las claras que ésta ha sido sin duda la exposición más complicada que ha tenido que gestionar David Ribas desde que está en el cargo.
Además, y a pesar de que el Conseller agradeció la colaboración «desde el minuto cero» del Obispado de Ibiza, y de los obreros de la parroquia de Jesús, «que han tenido que aguantar lo suyo», parece que la muestra seguirá generando polémica. No en vano y aunque estaba confirmado por parte del Consell d'Eivissa la presencia de la concejala de Santa Eulària, Anna Costa, y del obispo de Ibiza y Formentera, Vicente Juan Segura, ninguno de los dos hizo acto de presencia.
Líos aparte, ayer tocaba hablar de esta muestra que el pasado 16 de octubre se paralizó a última hora de manera sorprendente al no poderse garantizar al cien por cien la conservación de las piezas originales del retablo de finales del siglo XV y principios del XVI en Sa Nostra Sala. Así las cosas, lo que se puede ver ahora es una muestra que ha contado con un presupuesto de 40.000 euros y que está compuesta por una serie de copias del original y unos paneles explicativos «sobre el largo proceso de restauración y rehabilitación tanto del retablo como de la Iglesia de la Mare de Déu de Jesús». Algo que el propio conseller lamentó asegurando «que piezas de tanto valor como las restauradas no deben estar escondidas en un despacho o en un museo» y que «se ha perdido una oportunidad única e irrepetible para que la ciudadanía pueda conocer de primera mano las piezas originales y saber en qué se ha destinada la inversión económica».
El encargado de llevar a cabo la adaptación a la sala ha sido Álvaro Jiménez Oller junto a la restauradora Nieves Peinado. En este sentido, el primero aseguró a PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA que el proceso no ha sido más laborioso que otros parecidos en los que ha tenido que trabajar. Tal vez lo más complicado ha sido «conseguir fusionar toda la información dispersa que había sobre el retablo y la iglesia de Jesús y luego intentar que las reproducciones se parezcan lo más posible a las originales».
A pesar de ello, Jiménez Oller explicó que ha sido muy bonito «contextualizar toda la información para que sea amena y digerible para todo tipo de público, acotarla al espacio del que se dispone en Sa Nostra Sala, y darle un ritmo narrativo adecuado». Así, su equipo ha conseguido que el espectador que pasee por la sala se encuentre con un recorrido muy bien estructurado. La muestra comenzara con unos paneles centrados en la arqueología, «prestando especial atención a lo que se ha descubierto durante las obras de restauración del retablo y de la iglesia», continua con información sobre el retablo y sus distintas tablas, y finalmente termina con los trabajos de restauración.
Segunda muestra en Jesús
Según explicó Ribas esta exposición de Sa Nostra Sala se complementará con una segunda muestra que está previsto se inaugure el 9 de noviembre en el interior de la iglesia, aunque el conseller tampoco quiso confirmar «al cien por cien» la fecha al estar pendientes de la finalización de las obras. Eso sí, el conseller sí deseó que a esta inauguración pueda acudir una representación del Ayuntamiento de Santa Eulària y el obispo de Ibiza y Formentera, Vicente Juan Segura.
Según aseguró Ribas consistirá en unos paneles en los que se explicarán los trabajos realizados, la historia del retablo y las partes en las que está compuesto. «Estará concebida como una exposición muy movible y transportable que en un principio estará en la nave principal pero que luego, durante los días de liturgia, pueda ser trasladada hasta donde sea necesario, y en ella se explicará una amplia variedad de temas de forma sencilla y didáctica», resumió.
Además, de forma complementaria también habrá actividades paralelas, como visitas guiadas de colegios, institutos y estudiantes de la escuela de adultos. Incluso, y aunque está por confirmar la fecha, aprovechando el inicio académico de la UNED, el catedrático Ximo Company impartirá una conferencia sobre el Taller de Osona, al que pertenecían los constructores del retablo a finales del siglo XV y principios del XVI, Rodrigo de Osona y su hijo Francisco.
Taula de Sant Joan Evangelista
Mostraba dos tipos de alteraciones importantes además de importantes daños generales. Por un lado es la única tabla a la que se aplicó un refuerzo, en un momento indeterminado y posiblemente en la isla, consistente en tres listones de savina en su reverso sujetos mediante clavos de hierro forjado introducidos desde el anverso. Y por otro, un color sobre el hábito del santo que ocultaba el tono vivo original.
Durante su restauración, gracias al reflexiograma se ha podido ver, entre otras cosas, el dibujo preparatorio con las zonas de sombreado marcadas en la vestimenta además de información importante para contextualizar el estilo del artista.
Tabla de Sant Antoni Abat
Al igual que la tabla de Sant Joan Evangelista esta pieza forma parte de la zona superior del guardapolvos del retablo. En él y a causa de la condensación de la humedad en la superficie y de la temperatura ambiental de la propia iglesia, entre otros motivos, se había producido el deterioro del adhesivo usado en la restauración de los años noventa del pasado siglo para fijar fragmentos desprendidos. Además, gracias a los trabajos de limpieza de la policromía y de la eliminación de las repintadas, aplicadas principalmente a los vestidores, se ha podido descubrir, entre otras cosas, la «Tau» en el hábito de Sant Antoni y detalles muy interesantes, sobre todo en la forma de representar la vegetación.