La cultura como atractivo turístico es una de las bazas que la mayoría de administraciones políticas de Balears han proclamado en sus programas de gobierno. El binomio cultura y turismo es utilizado como argumento para luchar contra la estacionalidad o para impulsar un tipo de visitantes diferentes al de sol y playa. Pero esta intencionalidad, para que se convierta en realidad debe ir acompañada de una estrategia política que la sustente. Un hecho que todavía hoy no se ha consolidado.
Precisamente esto es lo que reclaman los propios agentes culturales que aseguran que hasta el momento “no se ha materializado” un programa estratégico que aúne cultura y turismo. “Jamás se han sentado en la misma mesa los dos sectores para trazar una estrategia conjunta”, explica la gestora cultural de Palma Tina Codina. Más contundente es Pere Muñoz, director de Barcelona Media, quien recuerda que, durante las ferias turísticas, imágenes como la Seu, Lluc, Miró o Barceló nunca aparecen en los estands de Balears. “Las fotos que se promocionan son únicamente de costa”, explica.
Esta falta de un plan de ejecución a medio y largo plazo que reclaman Codina y Muñoz también se refleja en las estadísticas sobre turismo cultural. Según el último informe del Instituto de Estudios Turísticos, el año pasado las Illes Balears recibieron un 52% menos de turistas españoles que hace cinco años interesados en la actividad cultural de las Islas. Por esta actividad debemos entender no solamente los actos musicales o artísticos, sino también rutas patrimoniales o gastronómicas.
Según estos datos, hemos pasado de recibir 326.400 turistas españoles el año 2008, a los 156.900 de 2012; una cifra que coloca a Balears como la tercera comunidad a la cola de España en atraer turismo cultural. Si hablamos de cifras porcentuales, significa que solo un 1,3% de los turistas españoles que el año pasado visitaron el Archipiélago tenían como objetivo la actividad cultural.
EXTRANJEROS. La cifra es más esperanzadora cuando nos referimos al turismo internacional. De los 10,4 millones de turistas extranjeros que visitaron Balears en 2012, un 43% realizó actividades relacionadas con la cultura. En total, según los datos del Ministerio, 4,4 millones se decantaron por alguna actividad cultural como visitar la Catedral o pasear por Dalt Vila.
Es más, este tipo de turismo internacional también reportó un importante beneficio económico para la Comunidad, ya que el gasto medio por turista que realiza este tipo de actividades fue de 1.042 euros, 34 céntimos superior a lo que se gastaron en 2011.
Si lo comparamos con el resto del Estado, vemos que los turistas internacionales que visitan Asturias o Castilla-La Mancha interesados por su patrimonio cultural y artístico son los que dejan más dinero a estas comunidades, con una media de 1.574 y 1.430 euros respectivamente. En cambio, si analizamos el gasto que realizan los turistas españoles al visitar Balears, la cuantía se reduce considerablemente, hasta los 671 euros por viaje. A pesar de estos datos, Pere Muñoz señala que las referencias sobre gasto turístico no se pueden valorar de manera efectiva ya que las encuestas que se realizan no son muy concretas. Lo que destaca el gestor cultural es la importancia de las visitas internacionales al patrimonio histórico de las Islas.
“Tenemos la suerte de que Balears tiene un producto cultural muy importante que no necesita promoción, como es por ejemplo el patrimonio religioso. Si no, no se explican los 1,5 millones de visitantes a la Seu y al Santuario de Lluc”, asegura Muñoz mientras recalca que lo que falta es un “pacto público y privado para estructurar la oferta que hay”.
La falta de un plan de ejecución a largo plazo es también uno de los aspectos que corrobora Pere Cortada, técnico de Cultura de Capdepera y que ha impulsado también la visibilidad turística de elementos patrimoniales de su municipio, como el Castell de Capdepera.
“Hace 30 años se creó el patronato del Castell, iniciamos un plan de visitas donde se cobrara una entrada para poder tener ingresos y reinvertir en la fortificación”, explica Cortada.
Hoy el Castell recibe unos 90.000 visitantes con tíquet, lo que significa que la política cultural de la localidad ha funcionado, aunque es necesario, en todos estos casos, “una apuesta real por parte la administración”, sentencia Tina Codina.